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LAS DOS VIDAS DEL HÉROE

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El movimiento de avanzada se convirtió en marcha nocturna, con una brillante luna<br />

mostrando el camino. Y luego. a la séptima noche, el destacamento se encontró con el río<br />

Shangani. que los había eludido debido a mapas defectuosos. Me alegré, admitió Baden-<br />

Powell en su diario. Todas mis angustias habían terminado.-Acampamos aquí y allá en una<br />

loma rocosa sombreada por árboles, dominando el río.-Cociné mi última cucharada de cacao y<br />

después de unos mendrugos de pan duro como piedra y de alimentar al caballo, me fui a la<br />

cama ¡SIN MIS BOTAS! Ahora no me importaban los Matabeles:-iba a tratar dc dormir bien<br />

¡ y vería como lograrlo! .<br />

Dos días más tarde las tres secciones del comando de BadenPowell se reunieron. El Bosque<br />

Somabula había sido cruzado en todas direcciones.-Los Matabeles que estaban allí habían huido<br />

al norte, a Mashonalandia.-<br />

El impi de Uwini y Mqwati había sido obligado a huir, pero con Wedza y su impi<br />

todavía sin haber sido sometido. Baden-Powell y sus fuerzas se dirigieron hacia el sureste en<br />

dirección al reducto de Wedza, en el distrito Belingwe. viajando a través de un territorio que ya<br />

se había rendido a los británicos.- Es una nueva sensación ver a los nativos caminando a través<br />

de la planicie y no perseguirlos, ver huellas frescas y no dejar que el corazón salte de<br />

contento .<br />

Finalmente, después de una jornada de 120 millas (192 kms.) con animales fatigados y<br />

medio muertos de hambre, el regimiento de Baden-Powell lLegó al pie del reducto montañoso<br />

de Wedza.-Eran de nuevo los Matopo por todos lados, y nadie mejor que Baden-Powell sabía<br />

como vencer al impi enemigo que se escondía entre kopjes semejantes a los del Matopo.-<br />

Estimó que la gente de Wedza. desperdigada por todo su reducto en ocho grandes kraals.<br />

podría llegar a una cantidad aproximada de mil seiscientos, seiscientos o setecientos de los<br />

cuales eran guerreros. B-P tenía ahora ciento quince hombres, pero con imaginación, cinco<br />

veces esa cantidad.-Con una dosis adecuada de fanfarronería puesta en juego, ¡el poder de<br />

ambas fuerzas sería aproximadamente el mismo!.<br />

Envió un grupo de infantería montada para que ocupara el cuello que unía la montaña<br />

de Wedza con la cadena de montañas del norte.-Eran solamente veinte y cinco hombres, pero<br />

tendrían que actuar como si fueran doscientos cincuenta, moviéndose de matorral en matorral<br />

y disparando de tiempo en tiempo.-Tan pronto como estuvieron establecidos, B-P dio la<br />

orden de bombardear la posición central de Wedza, y al mismo tiempo envió al destacamento<br />

de Húsares para que atacaran el flanco izquierdo y la retaguardia del enemigo.-<br />

Durante todo el día los hombres de Baden-Powell estuvieron haciendo un juego de<br />

engaños.-Y cuando cayó la noche los guerreros Matabeles de Wedza, mirando abajo hacia el<br />

valle vieron a un centenar de fogatas en el campo británico, ardiendo tranquilamente. No<br />

podían saber que B-P estaba usando contra ellos un truco que había aprendido de otros<br />

Matabeles en los Matopos, y que todos esos fuegos eran atendidos solamente por unos pocos<br />

soldados británicos, moviéndose de uno al otro.-<br />

Al rayar el alba las fuerzas de Baden-Powell comenzaron a martillar de nuevo con su<br />

único cañón de siete libras, sus dos Maxims y el solitario Nordenfelt, y luego avanzaron para<br />

el ataque principal.-Los Matabeles huyeron de sus kraals incendiados protegiéndose en<br />

cuevas, para luego escabullirse por entre los matorrales y a través de las rocas, cuando éstas<br />

también eran bombardeadas. Al finalizar el día, el reducto no era más reducto. Se había<br />

convertido en un llameante faro proclamando la caída de Wedza, hasta donde el destello del<br />

fuego penetraba la noche,<br />

Tres días más de la misma táctica y la gente de Wedza se apresuró a rendirse.-El mismo<br />

Wedza se entregó a las autoridades británicas.-<br />

Con la rendición de Wedza, la principal resistencia que quedaba, la segunda guerra<br />

Matabele llegaba a su fin.- El encargo de Baden-Powell se había cumplido.<br />

Se marchó para una cita en Cwelo.-<br />

8<br />

Justamente antes del ataque al reducto de Wedza, B-P habla recibido un despacho de su<br />

comandante general. El General Carrington le escribía para informarle que Lord Rosmead, el<br />

Alto Comisionado de Ciudad de El Cabo, había sabido del juicio y de la ejecución de Uwini, y<br />

se había irritado mucho por que el induna hubiera sido juzgado por una corte marcial, en vez<br />

de haber sido entregado a una corte civil.-Había telegrafiado ordenando el arresto de Baden-<br />

Powell, una orden que el General habla declinado respetuosamente llevar a cabo, con el<br />

comentario de que al Coronel Baden-Powell debía ahorrársele el ultraje de un arresto como<br />

oficial que ha hecho tan excelentes servicios . En lugar de ello, Carrington había dispuesto que<br />

se reuniera una corte de investigación en Gwelo, para interrogar a B-P. tan pronto como Ud.<br />

haya terminado sus operaciones contra Wedza .-<br />

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