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Y así, con el consentimiento de Milner, Roberts le telegrafió a Baden-Powell.<br />
B-P llegó al cuartel general de Lord Roberts el 31 de agosto e inmediatamente fue a<br />
conferenciar con Roberts. En el camino había anotado en media hoja de papel sus ideas acerca<br />
del cuerpo policial, calculando su fuerza de acuerdo con el área, habitantes, ciudades y centros<br />
mineros involucrados. Después de recibir la aprobación general de Roberts a su proyecto. B-P<br />
fue a El Cabo para discutir sus puntos de vista con Milner, mientras que en Belfast, Lord<br />
Roberts proclamaba la anexión del Transvaal a los dominios de la Reina.-<br />
Cuando su tren entraba en la Ciudad de El Cabo con un par de lJnion Jacks (bandera<br />
británica) en la máquina. Baden-Powell fue recibido con fuertes gritos de Hurra, por un gran<br />
número de oficiales reunidos en la plataforma del ferrocarril. Antes de que supiera qué estaba<br />
pasando, un par de hombres lo agarraron por los brazos y lo levantaron en hombros. Fuera de la<br />
estación una multitud vociferaba, mientras que los que cargaban a BadenPowell se llevaban a su<br />
cautivo a través de la media milla (800 mts.) que los separaba de Goverment House, y lo<br />
depositaban frente a la puerta principal de Sir Alfred.-<br />
Pero ésta fue la menor de las demostraciones que la Ciudad de El Cabo había planeado para<br />
el héroe visitante. Las mayores Ocurrieron cinco días más tarde y fueron en forma de un desfile<br />
con antorchas frente a Town House.<br />
Cuando Baden-Powell subió las gradas del estrado, exactamente a las ocho, la multitud de<br />
más de veinte mil personas avanzo al frente, una masa forcejeante y agitada. B-P fue el primero<br />
en reconocer que se estaba desarrollando una situación peligrosa. Inmediatamente se hizo cargo,<br />
elevando su voz estentórea, urgiendo a los de atrás a detenerse. En pocos momentos tenía la<br />
situación bajo control. Entonces se sentó, entre los vítores de la multitud, listo para escuchar los<br />
discursos formales de bienvenida.<br />
Al final de los discursos miles de portadores de antorchas lanzaron sus teas para formar una<br />
gran fogata en el centro de la plaza, y la ceremonia terminó en medio de un frenético desorden.<br />
Las llamas subían peligrosamente hacia un cable de luz eléctrica... -El superintendente local de<br />
los bomberos se dio cuenta de las consecuencias terribles que podrían ocurrir si el fuego<br />
quemaba el cable... Indicó a sus hombres traer una manguera... un gran chorro de agua se<br />
levantó en el aire... La presión tan grande del agua hizo que los bomberos perdieran el control<br />
de la manguera... cientos de personas fueron sorprendidas y empapadas por el diluvio y<br />
corrieron en todas direcciones ¡Y la banda tocó Dios Salve a la Reina .-<br />
Aunque Baden-Powell había hecho frente de buen talante a la gente de Ciudad de El Cabo,<br />
estaba preocupado por lo que había pasado. No le gustaba la adulación y no la quería.<br />
Desearía que no me convirtieran en héroe - (le escribió a su madre, contándole sus<br />
experiencias)-.- No merezco una palabra de todo eso, por una parte y. por la otra, odio la<br />
publicidad. Ciertamente me impide ir a casa por algún tiempo.. .Si eso es así aquí. ¿cómo<br />
será allá?.-Si consigo una licencia iré a Cachemira por un tiempo, hasta que me hayan<br />
olvidado y pueda regresar a divertirme un poco .-<br />
Baden-Powell permaneció casi tres semanas en Groote Schuur, de Cecil Rhodes, ahora<br />
completamente reconstruida después del fuego devastador de 1896 preparando sus planes<br />
finales pata la nueva fuerza policial, escribiendo un manual de instrucciones para los hombres,<br />
viajando a Ciudad de El Cabo para conferenciar con Milner en Government House. Había<br />
estado jugando con la idea de tomar una licencia tan pronto como pusiera sus planes en el papel;<br />
pero mientras más discutía la situación con Milner. más se convencía de que cualquier cosa que<br />
se fuera a hacer, tenía que comenzar inmediatamente.-<br />
La prensa inglesa había pedido que Baden-Powell regresara a casa para darle una<br />
bienvenida de héroe; su familia lo esperaba desde hacia meses: su madre lo había urgido a<br />
unírsele en las Islas Canarias, para poder ayudarlo a escribir sobre el Asedio de Mafeking. por lo<br />
cual la casa editora de Methuen & Co. le había ofrecido un substancial pago adelantado. Pero<br />
para B-P la creación de la nueva fuerza era primero. Decidió olvidar la licencia para poder<br />
terminar el trabajo, pero a cambio invitó a su madre y a su hermana a hacerle una visita en<br />
Ciudad de El Cabo, pagando él los gastos.<br />
A fines de septiembre Baden-Powell viajó hacia el norte, a Pretoria, para presentar sus<br />
planes a Lord Roberts, en su restablecido cuartel general, en la capital del Transvaal. Tenía todo<br />
listo para la aprobación final cuando Milner llegó el 15 de octubre.-<br />
Había muchos puntos por decidir. Lord Roberts acababa de recibir noticias de Londres de<br />
haber sido nombrado Comandante en Jefe, en Inglaterra, como sucesor de Lord Wolseley. cuyas<br />
funciones habían terminado. Por recomendación suya Lord Kitchener había sido nombrado su<br />
sucesor en Sur Africa. muy contra los deseos de Kitchener: él tenía pensado ser Comandante en<br />
Jefe de la India. La transferencia de los mandos tenía que cumplirse. disposiciones militares y<br />
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