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Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste

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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />

mencionada. En el hombre ordinario no ocurre nada más que esto; y así, por ejemplo, un<br />

impulso de vivísimo afecto colorea el aura de rosa y emite formas mentales del mismo color<br />

hacia el objeto que provoca el afecto; pero, generalmente, no hay un aumento apreciable, ni<br />

siquiera transitorio, en el tamaño del aura.<br />

Sin embargo, el hombre evolucionado ya tiene coloreado el cuerpo causal por lo que,<br />

cuando le sobreviene un impulso de afecto, devoción o simpatía, no sólo se aviva el color del<br />

cuerpo y hay una copiosa efusión de formas mentales, sino que el aura también se explaya o<br />

dilata considerablemente, aunque después recupera su tamaño normal. Pero cada nuevo<br />

impulso sentimental determina en el aura un ligero aumento permanente de amplitud, y<br />

cuanto más se amplía el aura, más capacidad para sentir tiene el hombre. El desarrollo<br />

intelectual también proporciona un mayor tamaño al aura, pero en este caso predomina el<br />

color amarillo.<br />

Recordemos que el afecto o la devoción sin sombra de egoísmo pertenecen al plano búdico<br />

y no al astral. Por esta razón, cuando al hombre le invade una oleada de estos sentimientos, su<br />

aura se dilata mucho durante algún tiempo, aunque nunca hasta un extremo tan formidable<br />

como la de un deva. Las fluctuaciones del aura de un deva son tan enormes que asombran a<br />

cuantos no están acostumbrados a verlas. Un deva que recientemente nos dispensó la honra de<br />

su visita en Adyar para informarnos acerca de la fundación de la sexta raza-raíz,<br />

normalmente, tenía un aura de cerca de 140 metros de diámetro; pero cuando se avivaba su<br />

interés por las enseñanzas que nos daba, su aura crecía hasta alcanzar 1600 metros. No hay<br />

ningún ser humano capaz de sentir una emoción lo bastante intensa como para determinar<br />

semejante incremento en su aura, ni siquiera en el caso de un Maestro, por lo que respecta a la<br />

ampliación transitoria del aura. Sin embargo, el aura del Maestro es más consistente y tan<br />

amplia en su permanente incremento, aunque proporcionalmente no es tan amplia cuando se<br />

dilata transitoriamente. La contextura del aura del deva es, por decirlo así, más tenue, de<br />

modo que en igualdad de amplitud el aura humana contiene más materia que la del deva, por<br />

estar más concentrada o condensada. El grado de evolución del deva al que me refiero no era<br />

superior al de un arhat cuya aura sólo se extendería, probablemente, hasta un tercio de la del<br />

deva. Pero podría ocurrir muy bien que un clarividente que hasta entonces no hubiese visto ni<br />

al deva ni al arhat, sólo advirtiese que uno y otro estaban rodeados de una nube de gloria y,<br />

probablemente, no se daría a cuenta de la diferencia entre ambos.<br />

La expansión y el incremento se observan en el cuerpo astral y en el mental, así como en el<br />

causal. Estos tres cuerpos tienen todos la misma amplitud, aunque es preciso recordar que<br />

sólo se trata de secciones, e incluso a veces de secciones de secciones. Antes se sostenía la<br />

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