Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
romana ha heredado lo que todavía queda del antiguo hechizo y lo aprovecha para dominar<br />
sin discusión en todos los distritos en donde hace siglos los sacerdotes de una antigua fe<br />
establecieron centros magnéticos.<br />
LA RAZA HISPANICA<br />
La cuestión del karma de raza es muy difícil y no creo que dispongamos todavía de<br />
suficientes elementos de juicio para tratarla claramente. Pero, con todo, no cabe duda de que<br />
donde sea que vemos una raza en condiciones anormales, podemos deducir que el Manú<br />
encargado de aquel fragmento de evolución tiene bajo su mano un número de egos cuyo<br />
progreso necesitan de dichas condiciones. Evidentemente, la ley de causa y efecto debe regir<br />
lo mismo en los asuntos nacionales que en los individuales, aunque la acción de la ley se<br />
complica por la circunstancia de que cuando se deja sentir el efecto, los egos que componen la<br />
raza generalmente no son los mismos que la formaban al establecerse la causa.<br />
Por ejemplo, no sería aventurado suponer que la ignominiosa pérdida del imperio colonial<br />
de España tenga una clara relación kármica con la terrible crueldad y rapiña de los<br />
conquistadores de México y Perú; pero suponemos también que los españoles perjudicados<br />
cuando la independencia de esos países, en general, no serían reencarnaciones de los que<br />
cometieron tan tremendo estrago bajo Cortés y Pizarro. Sin embargo, es muy probable que<br />
algunos de ellos lo fueran; porque sabemos que la gente de clase baja reencarna mucho más<br />
pronto que los de clase alta, y por lo general, han de encarnar varias veces en la misma<br />
subraza antes de que terminen de aprender todas las lecciones.<br />
LA RAZA JUDIA<br />
Las condiciones peculiares de la raza judía se deben, ante todo, a que en esta etapa particular<br />
el Manú las necesita para la educación que conviene a algunos de los egos puestos a su<br />
cuidado. Tan sólo nos cabe exponer conjeturas respecto del karma de raza del que derivaron<br />
dichas condiciones. Acaso se expliquen por el hecho de que la raza judía desciende de los<br />
semitas atlantes conducidos a la Arabia, aislados de sus compañeros, por el Manú de la quinta<br />
raza raíz cuando efectuaba su primera selección. Este primer intento no fue totalmente<br />
afortunado y entonces, en la región de Gobi, se hizo otra selección de la cual provino la<br />
primera subraza de la nueva raza raíz. Al necesitar una segunda subraza, el Manú envió<br />
emisarios a los descendientes de los aislados en Arabia, con el propósito de mezclar su sangre<br />
con la de la nueva raza raíz; pero les envaneció tanto la idea (previamente sugerida por el<br />
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