Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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RENACIMIENTO<br />
Nuestro sistema solar es, en su conjunto, una manifestación de su Logos y cada<br />
partícula del sistema es parte integrante de los vehículos del Logos. La totalidad de<br />
la materia física del sistema solar constituye Su cuerpo físico; la totalidad de<br />
materia astral Su cuerpo astral; la totalidad de materia mental Su cuerpo mental,<br />
etc. Por encima y más allá de Su sistema el Logos, por Sí mismo, tiene una<br />
existencia más amplia y mayor; pero esto no es en absoluto en menoscabo de la<br />
verdad de nuestra afirmación.<br />
El Logos solar contiene en Sí siete Logos planetario s que son, como si dijéramos,<br />
sus centros de energía, los canales por donde se derrama su fuerza. Pero, al mismo<br />
tiempo, se puede decir que, en cierto modo, los siete Logos planetarios constituyen<br />
el Logos solar. La materia que según hemos dicho forma los vehículos del Logos<br />
solar también forma la de los Logos planetarios, pues no existe en ningún punto del<br />
sistema solar partícula alguna de materia que no forme parte de uno u otro de los<br />
siete. Asimismo ocurre en todos los planos. Pongamos, por ejemplo, el plano astral,<br />
cuya materia es lo bastante fluida para convenir al objeto de nuestras<br />
investigaciones y está lo suficientemente cercana al plano físico como para que no<br />
traspase los limites de nuestra comprensión mental.<br />
Todas las partículas de la materia astral del sistema son parte del cuerpo astral del<br />
Logos solar, y también lo son del uno u otro de los Siete Logos planetarios.<br />
Recordemos que esta materia astral del sistema incluye igualmente la de nuestros<br />
cuerpos astrales, pues no tenemos ninguna partícula de por sí nuestra. En cada cuerpo<br />
astral hay partículas pertenecientes a cada uno de los siete Logos planetarios, pero sus<br />
proporciones varían infinitamente. Los cuerpos de las mónadas que en su origen<br />
dimanaron de un Logos planetario continuarán teniendo más partículas de este Logos<br />
que de cualquier otro y, de este modo, puede distinguirse a cuál de dichas siete grandes<br />
potestades pertenecen.<br />
En estos siete Logos planetario s ocurren periódicamente ciertos cambios físicos<br />
correspondientes, tal vez, a la inspiración y expiración o a los latidos del corazón del<br />
hombre terrestre. Pero, de todos modos, parece que hay un número infinito de<br />
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