Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
tiempo que Lord Bacon publicaba sus obras y florecía espléndido en Inglaterra el<br />
reinado de Isabel I; la fundación de la Real Sociedad de Londres y la labor científica<br />
de Robert Boyle y otros, después de la Restauración en el siglo XVII; en el siglo<br />
XVIII se ensayó la ejecución de un movimiento muy importante (cuya historia<br />
secreta en los planos superiores conocen muy pocos) que escapó al dominio de sus<br />
jefes y directores, degenerando en la revolución francesa; y la importante fundación,<br />
por fin, de la Sociedad Teosófica en el siglo XIX.<br />
Esta Sociedad es uno de los grandes movimientos en la historia del mundo<br />
destinados a producir efectos mucho más eficaces que cuantos vieron los siglos. La<br />
historia de su actuación hasta ahora no es más que el prólogo de lo que ha de ser, y<br />
su importancia no tiene punto de comparación con la que ha tenido hasta aquí. Se<br />
diferencia de cuantos movimientos la precedieron en que, primeramente, es el<br />
heraldo del adviniente Cristo, y en segundo lugar, es el primer paso decidido hacia<br />
la fundación de la sexta raza raíz. Algunos de nuestros estudiantes saben que el<br />
Maestro M., el gran Adepto a quien ambos de nuestros fundadores deben especial<br />
fidelidad, ha sido nombrado Manú de esta raza, y que su inseparable amigo el<br />
Maestro K.H. tendrá a su cargo la enseñanza religiosas de la nueva raza.<br />
Es evidente que para la obra encomendada a estos dos Grandes Seres se<br />
necesitarán un ejército de devotos seguidores que, por encima de todo, deben ser<br />
leales, obedientes y sufridos. También podrán poseer otras cualidades, pero por lo<br />
menos deben tener éstas. Habrá amplio espacio para la inteligencia viva, el ingenio<br />
agudo y toda clase de aptitudes; pero todo esto sería inútil sin la virtud de la<br />
obediencia perfecta y la absoluta confianza en el Maestro. La presunción es una<br />
barrera infranqueable para progresar en este sentido. Quien no obedece una orden,<br />
quien no doblega por completo su personalidad en la obra que se le confía para<br />
cooperar armónicamente con sus compañeros, no tiene un lugar señalado en el<br />
ejército del Manú. Quienes se afilien a él habrán de reencarnar una y otra vez en<br />
rápida sucesión en la nueva raza, procurando ajustar cada vez más sus cuerpos al<br />
modelo presentado por el Manú. Esta parte de su labor será muy dura y laboriosa,<br />
pero absolutamente necesaria para establecer el nuevo tipo de humanidad que la raza<br />
requiere. Hoy se nos depara la oportunidad de alistarnos voluntariamente para esta<br />
obra. Quienes deseen colaborar en ella deben empezar por distinguir sus<br />
aspiraciones de las aspiraciones del mundo ordinario. Si hemos de ser elegidos para<br />
esa obra, debemos mostrarnos voluntariamente dispuestos a hacer lo que ahora se<br />
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