Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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CENTROS DE PENSAMIENTO<br />
En los subplanos superiores del mental nuestros pensamientos son muy enérgicos, porque el<br />
campo de acción está casi circunscrito a nosotros mismos. En esa región no hay muchos otros<br />
pensamientos diferentes de los nuestros. Cuando las personas tienen una misma opinión, las<br />
relaciones recíprocas son más cordiales, de modo que cualquiera puede sentir la influencia de<br />
un pensamiento poderoso, sea cual sea el punto de la tierra en que se encuentre el que lo<br />
emite, porque los pensamientos vigorosos actúan eficazmente, sobre todo cuanto tienen como<br />
objetivo una cuestión en la que pocos piensan, porque entonces las vibraciones son más<br />
precisas y actúan con mayor libertad. La idea o visión que nos acude de pronto a la mente<br />
puede ser asunto del pensamiento de alguien interesadísimo en la cuestión, aunque esté muy<br />
lejos, si bien la cercanía física facilita la transferencia.<br />
Hay una especie de psicometrización de las formas mentales. Las masas de pensamientos<br />
sobre determinado asunto tienen una realidad definida, ocupan un lugar en el espacio y los de<br />
la misma índole y especie tienden a agregarse. Para muchas cuestiones, hay en la atmósfera<br />
un espacio especial llamado centro de pensamiento, hacia el cual gravitan todos los<br />
pensamientos relacionados con el asunto de que se trata, y allí se congregan, sin distinción de<br />
pensamientos coherentes o incoherentes, verdaderos o erróneos, de suerte que es posible<br />
psicometrizarlos en aquel foco y averiguar quienes los emitieron, con otros detalles sobre el<br />
particular.<br />
Se comprende fácilmente que al pensar en algún asunto arduo se puede atraer el<br />
pensamiento de otra persona que lo haya estudiado, e incluso a la misma persona si,<br />
consciente o inconscientemente, se encuentra en el plano astral. Hay muchas personas que,<br />
desencarnadas o durante el sueño, se dedican al auxilio del prójimo y es posible que alguno de<br />
ellos, al ver que alguien lucha con las dificultades del asunto en que se ocupa, acuda gustoso a<br />
sugerirle la modalidad de pensamiento que, a su parecer, emplearía otra persona para resolver<br />
la cuestión, aunque de esto no se deduce que acierte siempre en su decidido empeño.<br />
Reflexionando sobre esto se comprende que es perfectamente natural, porque si en el plano<br />
físico, por pura benevolencia, ayudamos a los amigos a solventar sus dudas y dificultades en<br />
las materias de estudio, indicándoles nuestro criterio personal, de la misma manera<br />
continuamos haciéndolo en el mundo astral, pues sentimos las mismas simpatías sin cuerpo<br />
físico que con él, y nos complace dar nuestra opinión, aunque después resulte equivocada. No<br />
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