Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
Así como el ego toma tres cuerpos inferiores, mental, astral y físico, el primero de los cuales<br />
o mental corresponde a la parte inferior de su propio plano, y el último o físico está dos<br />
planos más abajo, así también la mónada asume tres manifestaciones inferiores: atma, buddhi<br />
y manas, la primera de las cuales corresponde a la parte inferior de su propio plano y la última<br />
está dos planos más abajo, de modo que el cuerpo causal es respecto a la mónada lo que el<br />
cuerpo físico respecto del ego.<br />
Si nos imaginamos el ego como el alma del cuerpo físico, podemos considerar a la vez la<br />
mónada como el alma del ego; y por consiguiente, el acorde del Augoeides o ego glorificado<br />
en su cuerpo causal, consta de la nota de la mónada y de las de sus tres manifestaciones: atma,<br />
buddhi y manas.<br />
Entiéndase bien que el acorde no ha de considerarse exactamente como sonido en el sentido<br />
que damos a esta palabra en el plano físico. Se me ha sugerido la idea de que la combinación<br />
de las rayas del espectro estelar es una analogía mejor. En todo espectro conocido advertimos<br />
al instante cada uno de sus elementos componentes, sea la estrella que sea, y por lejana que se<br />
encuentre, mientras sus rayos brillen lo bastante para distinguirlas. Pero el acorde de que<br />
hablamos no se oye ni se ve, sino que se reconoce por una compleja percepción que requiere<br />
la efectiva y simultánea actividad de la conciencia en el cuerpo causal y en todos los<br />
vehículos inferiores.<br />
Incluso por lo que se refiere a la percepción astral ordinaria, es inadecuado, aunque<br />
inevitable, decir que se “oye” y se “ve”, pues estas palabras entrañan la idea de órganos<br />
sensorios que reciben impresiones de índole muy clara. El ver supone la existencia de un ojo<br />
y el oír la del oído. Pero, en el plano astral no hay tales órganos sensorios, porque si bien el<br />
cuerpo astral es una contraparte exacta del físico y, por consiguiente, tiene ojos, oídos, nariz,<br />
boca, manos y pies, como los tiene el físico, al actuar en cuerpo astral no andamos con la<br />
contraparte astral de los pies físicos ni vemos ni oímos con las contrapartes de los ojos y los<br />
oídos físicos.<br />
Cada partícula de un cuerpo astral solamente es capaz de recibir las vibraciones del grupo<br />
correspondiente a su propio subplano. Si dividimos las vibraciones astrales en siete grupos<br />
análogos a siete octavas musicales, cada grupo corresponde a un subplano y tan sólo las<br />
partículas astrales pertenecientes a este subplano podrán recibir las vibraciones de su grupo<br />
respectivo. Así pues, “estar en determinado subplano del astral”, equivale a tener desarrollada<br />
la sensibilidad sólo de aquellas partículas del cuerpo astral pertenecientes a dicho subplano,<br />
de manera que la persona sólo puede percibir la materia y los habitantes de aquel subplano.<br />
Para tener visión completa del plano astral, es preciso haber desarrollado la sensibilidad de<br />
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