Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
salvar temporalmente una situación difícil cuando conviene. Realmente, la muerte<br />
no tiene la importancia que corrientemente se le atribuye.<br />
Si imaginamos dos egos recientemente individualizados, que encarnan juntos y<br />
que fuesen absolutamente inocentes y sin karma, pero que uno de ellos matase o<br />
dañase al otro, la víctima soportaría un sufrimiento evidentemente inmerecido. Sin<br />
embargo, dudo que se den en parte alguna ni que se hayan dado jamás semejantes<br />
circunstancias, porque creo que el animal individualizado ya trae algo de karma en<br />
su primer nacimiento humano.<br />
Algunos animales tienen cierto sentido del bien y del mal, o por lo menos el<br />
conocimiento de que algunas cosas deben hacerse y otras no, y se avergüenzan<br />
cuando hacen lo que les parece estar mal hecho. En muchos casos denotan facultad<br />
de elección, pues pueden ejercer o no ejercer la paciencia y el aguante, y si tienen<br />
libertad de elección, también han de tener responsabilidad, con el karma<br />
consiguiente. El animal salvaje llega a ser hombre salvaje y cruel, al paso que el<br />
animal dócil y paciente se convierte, en su día, en hombre amable y apacible, por<br />
primitivo que sea. Esta profunda diferencia es fruto notorio del alma grupal,<br />
aunque equitativamente distribuido, de modo que cuando una parte se<br />
individualice se lleve su parte alícuota de karma.<br />
Podrá decirse que, con todo esto, sólo empujamos un poco más atrás la dificultad,<br />
pues en algún punto ha de empezar la primera etapa de la evolución de un ser y,<br />
por lo tanto, sería injusto su resultado kármico.<br />
Sin embargo, no es así. Supongamos que en la primera etapa luchan dos<br />
animales. El uno y el otro tienen el mismo deseo de matar o herir, y el karma de<br />
este deseo se extinguiría en el vencido por efecto de la muerte, mientras que el<br />
vencedor contraería una deuda que pagará tal vez más tarde con muerte violenta.<br />
Pero, en el caso de la humanidad, no es necesario entrar en semejantes<br />
especulaciones.<br />
Retrospectivamente, todos tenemos gran cantidad de energía acumulada de buena<br />
y mala índole, y todo “accidente” imaginable ha de ser, sin duda, expresión de uno<br />
u otro aspecto de la infinita variedad de dicha energía. Por lo tanto, no hay<br />
necesidad de distinguir kármicamente entre el naufragio marítimo o la quiebra<br />
comercial, porque siempre existe algo capaz de resolverse en ese sentido en la<br />
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