Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
enseñanzas recibidas en la tierra le infunden el temor de que si se deja ir caerá en el infierno.<br />
En todo caso, son verdaderamente terribles su desesperación y su angustioso sufrimiento.<br />
Hay varios medios para librarse de esta enojosa aunque provocada situación. Algunos<br />
miembros de nuestra hueste de protectores invisibles se dedican a la labor especial de<br />
encontrar almas en tan penoso estado y persuadirlas para salir de él, así como también hay<br />
entre los desencarnados quienes se encargan de esta tarea como una especie de beneficencia<br />
astral.<br />
Algunas veces estos esfuerzos consiguen éxito, aunque por lo general hay pocas víctimas<br />
con suficiente valor y confianza para desprenderse de lo que les parece vida, por misérrima<br />
que sea. Con el tiempo, la envoltura etérica se desgasta y el curso natural de la evolución<br />
recupera su imperio a pesar de todo, sucediendo a veces que un repentino arrebato de<br />
desaliento anticipa este resultado, porque el ego desesperado se dice a sí mismo que es<br />
preferible la aniquilación a semejante vida y, temerariamente, se abandona creyendo<br />
anonadarse, cuando despierta con agradable sorpresa en el mundo astral.<br />
Sin embargo, hay algunos tan desdichados que durante sus primeras luchas descubren<br />
tortuosos procedimientos de reavivar su contacto con el plano físico en lugar de recluirse en el<br />
astral. Uno de estos procedimientos es el de la comunicación mediumnística, aunque casi<br />
siempre el “espíritu guía” del médium impide enérgicamente el acceso de la entidad y hace<br />
bien en ello, porque el terror y la ansiedad que la dominan le quitan todo escrúpulo y podría<br />
obsesionar e incluso enloquecer al médium con sus esfuerzos por la vida, parecidos al<br />
esfuerzo del que se está ahogando. Y todo es completamente inútil porque, en último término,<br />
sólo conseguiría prolongar sus sufrimientos por la intensificación de la materia etérica de la<br />
que debería desprenderse.<br />
A veces, alguna de estas entidades se esfuerza en apoderarse de alguna persona que sin<br />
saberlo posea facultades mediumnísticas, generalmente de alguna muchacha sensitiva; pero<br />
tan sólo logrará su intento si el ego de la víctima escogida ha perdido o debilitado el dominio<br />
sobre sus vehículos al ceder a malos pensamientos y bajas pasiones. En cambio, si las<br />
relaciones del ego con sus vehículos son normales y sanas nada podrán contra él los esfuerzos<br />
frenéticos de las entidades a las que nos referimos.<br />
Sin embargo, un animal no tiene ego, sino un fragmento de alma grupal que hace las veces<br />
de ego, aunque se relaciona con sus vehículos de manera muy distinta a como se relacionaría<br />
un ego; y así, la que pudiéramos llamar de momento “alma” del animal puede ser desposeída<br />
de sus vehículos mucho más fácilmente que la del hombre. A veces, según hemos dicho, el<br />
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