Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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como intervalo mínimo.<br />
La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
Tenemos entendido que las cartas que sirvieron de fundamento al Buddhismo<br />
Esotérico fueron escritas por varios discípulos bajo la dirección general de sus<br />
Maestros y que, si bien hubo amplio espacio para que se deslizaran inexactitudes<br />
(como sabemos que se deslizaron), no cabe imaginar que los autores de las cartas<br />
desconocieran hechos fácilmente accesibles a quienquiera que observe el proceso<br />
de la reencarnación. Hemos de recordar que las cartas no iban dirigidas al mundo<br />
en general, sino al señor Sinnett en particular, con la intención, tal vez, de que se<br />
las leyera a unos cuantos que por aquel entonces estudiaban con él. En este caso, la<br />
afirmación del promedio de 1500 años para ellos sería lógicamente el promedio, y<br />
tal vez fuese éste el propósito; pero, con toda seguridad, hoy día no podemos<br />
admitirlo como promedio para toda la raza humana.<br />
Desde luego, es imposible determinar un promedio exacto, porque para esto sería<br />
necesario saber, aunque fuera aproximadamente, el número de cada clase de<br />
mónadas. Puede facilitarse algo así como el cómputo de las clases principales<br />
aunque, incluso así, conviene tener presente que necesariamente tienen que existir,<br />
amplias variaciones individuales en cada uno de sus aspectos.<br />
Hay que tener en cuenta tres factores principales: la clase a la que pertenece un<br />
ego, el modo en que se ha individualizado, y la índole y duración de su última<br />
vida. Por lo tanto, consideremos las diferentes clases de humanidad por su orden,<br />
con arreglo a la nomenclatura de la señora Besant.<br />
Señores de la Luna.– Encabezan la lista los Señores de la Luna, o sea, los que<br />
alcanzaron el nivel de arhat en un período cualquiera de la evolución de la cadena<br />
lunar. Para esta humanidad, como para todas las demás, se abrieron siete senderos<br />
al llegar al nivel asignado a su cadena; y, en el caso de la cadena lunar, uno de<br />
estos senderos trajo algunos Señores de la Luna a la cadena terrestre, con objeto de<br />
dirigir las primeras etapas de su evolución. Sin embargo, hace largísimo tiempo<br />
que todos ellos alcanzaron el adeptado y por eso no hemos de tenerlos en cuenta en<br />
el presente tema.<br />
Hombres lunares.– Primer orden.– La clase siguiente es el primer orden de<br />
hombres lunares, tan numeroso y variado que será necesario estudiarlo en las<br />
diversas subdivisiones expuestas al tratar de las mónadas de la Luna.<br />
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