Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
El profundo terror mental y la perturbación que a veces acompaña a la muerte violenta son<br />
de por sí muy desfavorables preparaciones a la vida astral. En efecto, han ocurrido casos,<br />
aunque felizmente raros, en que tan funesto estado de ánimo persistió después de la muerte.<br />
Así es que el deseo general de disponer de algún tiempo para prepararse a bien morir, no es<br />
superstición, sino que tiene una base; pero al que lleve una vida teosófica poco ha de<br />
importarle que el tránsito del plano físico al astral sea lento o súbito, pues, por su parte,<br />
continuamente está haciendo cuanto le es factible para progresar todo lo posible, y en ambos<br />
casos se le ofrecen las mismas perspectivas.<br />
En resumen, resulta claro que la muerte violenta no implica, necesariamente, la estancia<br />
prolongada en el séptimo subplano del astral, aunque en cierto sentido cabe decir que la alarga<br />
algún tanto, puesto que priva a la víctima de la oportunidad de eliminar las partículas astrales<br />
correspondientes a dicho subplano durante los sufrimientos de una pertinaz enfermedad.<br />
En el caso de los niños es muy improbable que en su corta e inocente vida hayan<br />
desarrollado mucha afinidad con los subplanos inferiores del astral; y en efecto, la experiencia<br />
demuestra que casi nunca se les halla en relación alguna con estos subplanos. Tanto si mueren<br />
de repente como de enfermedad, su vida astral es relativamente corta, y la vida celeste,<br />
aunque muy larga, está en razonable proporción con la astral, de modo que reencarnan tan<br />
luego como se agotan las fuerzas actualizadas durante sus cortas vidas terrenas. Opera la<br />
misma ley capital que observamos en el caso de los adultos.<br />
Nada de cuanto pueda hacerse por procedimientos ordinarios con el cadáver físico alterará<br />
necesariamente las condiciones de la vida astral. Conviene hacer esta advertencia porque<br />
además de los procedimientos ordinarios de inhumación, incineración y embalsamamiento<br />
hay ciertos ritos horribles de magia negra que afectan gravemente la condición astral del<br />
hombre; y en cuanto al estado del cadáver, aunque no altera necesariamente dicha condición,<br />
puede a veces alterarla por efecto de la ignorancia o la insensatez del mismo hombre.<br />
Expliquémoslo.<br />
La duración de la vida astral después de la muerte física depende de dos factores principales;<br />
de la índole de la vida que acaba de pasar en la tierra y de su actitud mental después de lo que<br />
llamamos muerte. Durante su vida terrena el hombre está influyendo constantemente en la<br />
constitución de su cuerpo astral por el medio directo de las pasiones, emociones y deseos<br />
cuyo predominio consiente, y por el indirecto de la acción de sus pensamientos desde arriba, y<br />
de todos los pormenores de su vida física, como su continencia o libertinaje, pulcritud o<br />
desaseo, manjares y bebidas, desde abajo. Si, por persistir en la perversidad de cualesquiera<br />
de estas modalidades viciosas es tan insensato que se construye un vehículo astral basto y<br />
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