Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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LOS SIETE TIPOS<br />
Los siete grandes tipos o rayos no corresponden a los planos, porque todos los tipos están en<br />
todos los planos. Los planos se pueden simbolizar en sentido horizontal, como suelen<br />
representarse en los diagramas teosóficos, y si después trazamos siete columnas verticales que<br />
crucen en ángulo recto los siete planos, tendremos simbolizados los tipos en dichas siete<br />
columnas. Así quedará dividido el diagrama en cuarenta y nueve cuadrados, cada uno de ellos<br />
con cuarenta y nueve subdivisiones obtenidas de la misma manera, porque cada plano tiene<br />
siete subplanos y cada tipo siete subtipos resultantes de la influencia en él de los otros seis<br />
tipos 9 .<br />
Hay siete grandes tipos de hombres procedentes de los siete Logos planetarios. Cada hombre<br />
pertenece a uno de estos tipos, pero también tenemos todos un subrayo de uno de los otros<br />
seis tipos.<br />
Si un hombre pertenece al tipo azul o devocional, y tiene por subtipo el subrayo de la<br />
sabiduría, será sabio en su devoción; pero si el subrayo es también devocional, será<br />
ciegamente devoto, sin discernimiento, y por lo tanto incapaz de ver tacha alguna en el objeto<br />
de su adoración.<br />
Aunque, según hemos dicho, cada uno de nosotros procede de uno u otro de los siete Logos<br />
planetarios, de esto no se deduce en absoluto que al fin de nuestra evolución regresemos al<br />
mismo Logos, porque cada raza raíz ha de producir como fruto y resultado lo que los libros<br />
sagrados llaman el Hombre <strong>Celeste</strong>, o sea, una poderosa Entidad que incluya en sí todos los<br />
miembros de la raza raíz que hayan merecido esta inclusión, de la misma manera que nuestro<br />
cuerpo físico incluye millones de células. Es cierto que todos nosotros hemos encarnado en<br />
otras razas raíces, pero, en definitiva, pertenecemos a la raza madre en la que alcancemos<br />
finalmente el adeptado, y formaremos parte integrante del Hombre <strong>Celeste</strong> correspondiente a<br />
esa raza.<br />
Cada raza raíz está guiada por un Manú y un Bodhisattva que son, respectivamente, el<br />
cerebro y el corazón del Hombre <strong>Celeste</strong> de la raza. Los que actuamos en la Sociedad<br />
Teosófica seguimos en su mayor parte uno u otro de estos dos caminos, y así nos<br />
encontraremos agrupados en torno de uno o de otro de dichos centros en aquel glorioso<br />
9 En el tomo VI de La Doctrina Secreta de la segunda edición española, puede verse un<br />
diagrama que explica claramente estas divisiones.<br />
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