Leadbeater Charles - Vida Interna 2.pdf - Agricultura Celeste
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La <strong>Vida</strong> <strong>Interna</strong> - C.W. <strong>Leadbeater</strong><br />
El después coronel Olcott, fue el rey Gashtasp de Persia, que protegió y ayudó a<br />
la fundación de la forma actual del Zoroastrismo; y más tarde, fue el rey Asoka,<br />
que publicó los admirables y famosos edictos que todavía hoy aparecen grabados<br />
en piedras y pilares de la India, para demostrar cuán verdaderos eran su celo y<br />
devoción. Y al final de esa larga y vigorosa vida, al considerar con tristeza lo<br />
mucho que distaban sus hechos de sus aspiraciones, para alentarlo, su Maestro le<br />
mostró dos visiones, una del pasado y otra del futuro. La visión del pasado fue la<br />
escena de la Atlántida, cuando se forjó el lazo entre ellos; y en la visión del futuro<br />
aparecía su Maestro como el Manú de la sexta raza raíz y nuestro Presidente-<br />
Fundador como lugarteniente que servía a sus órdenes, en la excelsa obra de tan<br />
alto cargo. Así, Asoka murió contento, con la seguridad de que nunca se rompería<br />
el más íntimo de todos los lazos terrenos, el del Maestro y su muy amado<br />
discípulo.<br />
Habiendo tomado parte principal en la propagación de dos de las mayores<br />
religiones del mundo, el Zoroastrismo y el Buddhismo, era muy apropiado<br />
vincularlo estrechamente con la obra de la Sociedad Teosófica, el gran<br />
movimiento que sintetiza todas las religiones. Aunque en sí no fue nunca un<br />
instructor espiritual, siempre fue el organizador práctico que hizo posible la obra<br />
del instructor. En su reciente vida, como en todas las demás, su principio capital<br />
fue la apasionada lealtad al Maestro y a la obra que había de cumplir. Cuando le<br />
vi por primera vez, hace más de veinticinco años, ése era el rasgo más<br />
predominante de su carácter y durante el tiempo en que le traté siguió siendo ése<br />
el motivo capital de sus acciones. En la última carta que recibí de él, escrita pocas<br />
semanas antes de morir, palpitaban los mismos sentimientos que continuaron<br />
siendo su más relevante cualidad en el mundo astral donde ha vivido desde<br />
entonces.<br />
Si examinamos los pormenores de su última vida terrena hallaremos la misma<br />
tónica de su devoción al deber. El subsecretario del ministerio de Hacienda de los<br />
Estados Unidos le escribió a Olcott acerca de su actuación política:<br />
“Me complazco en manifestarle que jamás encontré un caballero tan cumplidor<br />
de los deberes de su cargo, ni de tanta aptitud, diligencia y fidelidad como las<br />
demostradas por usted en todas partes. Sobre todo, deseo atestiguar la absoluta<br />
rectitud e integridad de carácter que señalaron toda su carrera sin flaquear un solo<br />
instante. Cuando consideramos la corrupción, audacia y osadía de los muchos<br />
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