LECTURAS UNO DE AGOSTO DE 2008 - Insumisos
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suizos, españoles, venezolanos, ecuatorianos- que negociaban con las FARC la liberación de sus<br />
prisioneros y rehenes, entre los cuales se encuentra la franco-colombiana Ingrid Betancourt.<br />
Dando pruebas de una intransigencia absoluta, el movimiento de oposición armada exigió durante<br />
mucho tiempo un diálogo directo con el gobierno colombiano. Habría "intercambio humanitario" -<br />
rehenes por guerrilleros- o nada. Con un objetivo eminentemente político : lograr, gracias a ese<br />
diálogo privado, el estatus de beligerante. Colocadas en 2002 en la lista de organizaciones<br />
terroristas, las FARC nunca aceptaron esa calificación. Pero Uribe no quiere a ningún precio ese<br />
"intercambio" y ese reconocimiento.<br />
La mediación emprendida por Chávez el 31 de agosto de 2007 puso patas para arriba, en algunos<br />
meses, una situación que estaba bloqueada desde 2002. La guerrilla liberó sin condiciones a siete<br />
de sus prisioneros, por lo que Caracas afirmó : "Las FARC entran en una lógica más 'política', lo que<br />
es un buen signo para los acontecimientos futuros". Una gran frustración del Presidente<br />
colombiano, a quien irritaron enormemente las imágenes de los rehenes agradeciendo<br />
calurosamente a los miembros del gobierno venezolano, vestidos de rojo.<br />
En realidad, en Caracas las conversaciones se llevaban a cabo abiertamente, por intermedio de los<br />
comandantes de las FARC Iván Márquez y Rodrigo Granda [5]. Y a veces también con Reyes, en el<br />
famoso campamento establecido en suelo ecuatoriano. París lo sabía y Quito también. Pero un<br />
detalle inquietante es que una semana antes de la operación del 1 de marzo, emisarios franceses<br />
se encontraron en Panamá con Luis Carlos Restrepo, el alto comisario colombiano para la paz. Y<br />
éste insistió ante sus interlocutores : "Mantengan el contacto con Reyes. Él es quien los va a<br />
ayudar, es su hombre, es quien va a facilitar la liberación de Ingrid". Esto explica el extremo furor<br />
de Correa : "¡Miren la bajeza de Álvaro Uribe ! Él sabía que en marzo doce rehenes iban a ser<br />
liberados, entre ellos Ingrid Betancourt. Lo sabía, y utilizó sus contactos para montar esa trampa".<br />
Matar al negociador siempre ha sido el mejor medio de bloquear una negociación.<br />
Pero este aspecto de la cuestión pasaría a un segundo plano, porque el 3 de marzo, el general<br />
Oscar Naranjo, director general de la Policía colombiana, montó un deslumbrante espectáculo<br />
ante los periodistas. Apoyándose en material informático "secuestrado cerca del cuerpo de<br />
Reyes", reveló "la alianza armada entre las FARC y el gobierno de Venezuela", así como los<br />
vínculos políticos y económicos (durante su campaña electoral) entre Correa y la guerrilla.<br />
El banquete de los medios<br />
Ni deseo de verdad ni reflejo de precaución. Periódicos y canales de televisión se desatan. Sobre la<br />
base de "documentos explosivos" (provenientes de las famosas computadoras), amablemente<br />
"filtrados" por los servicios de información colombianos, el diario colombiano El Tiempo<br />
(propiedad de la familia Santos, a la cual pertenecen el vicepresidente Francisco Santos y el<br />
ministro de Defensa Juan Manuel Santos) y el español El País [6] llevan la batuta.<br />
A partir del 4 de marzo, El País titula : "Bogotá devela los apoyos de las FARC". En "Los papeles de<br />
las FARC acusan a Chávez" (El País, 10-5-08), primer artículo de una serie de Maite Rico [7], uno<br />
puede enterarse de que "Chávez aprobó sin pestañear un pedido de 300 millones de dólares" de la<br />
guerrilla. El 12 de marzo seguirá el artículo denunciado por el secretario general de la OEA. Más<br />
tarde se descubrirá que "grupos vinculados al chavismo (…) van regularmente (a entrenarse) en los