LECTURAS UNO DE AGOSTO DE 2008 - Insumisos
LECTURAS UNO DE AGOSTO DE 2008 - Insumisos
LECTURAS UNO DE AGOSTO DE 2008 - Insumisos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
existe una educación neutra y ocultar que «el curriculum escolar está impregnado de luchas de<br />
poder materiales y simbólicas». No en vano, la aparición del término Euskal Herria en los libros de<br />
texto que, al parecer, van a definir el curriculum para los próximos cursos, es objeto de aparente<br />
enfrentamiento entre «constitucionalistas» y «nacionalistas»… aunque esa Euskal Herria que<br />
aparece sea un ente folklorizado y de muy frágil contenido. «Think Gaur Euskadi 2020»… Por<br />
cierto, para cuándo el «think» ese en chino?<br />
Nos quieren inseguros, sí, pero inseguros de una falsa inseguridad que, ante la actual situación de<br />
crisis y de aplicación estricta y sistemática de las más antisociales recetas neoliberales que son las<br />
que de verdad nos crean indefensión, le resulta de gran utilidad al sistema, puesto que erosionan<br />
el poder democrático público.<br />
En primer lugar, esa amarillista potenciación del «miedo al otro», además de falsear nuestros<br />
temores, los individualiza, y, de ese modo, nos quita libertad para acciones colectivas, para<br />
desarrollar mecanismos de solidaridad, para imaginar otras alternativas y para defender lo que<br />
hasta ahora habíamos considerado eran nuestros derechos y nos van arrebatando: la sanidad, la<br />
vivienda, la educación, los servicios sociales, las pensiones, la protección del empleo y del<br />
empleado, la lucha en sus diversas formas… El resultado es que, en lugar de mayor seguridad, lo<br />
que conseguimos es mayor fragilización y desprotección sociales para que ciertos bolsillos muy<br />
concretos, con nombre y apellidos, puedan seguir engordando hasta reventar, y haciéndose con el<br />
gran pastel del dinero público (de todos). La regresión es patente.<br />
En segundo término, esa escandalosa inoculación mediática de la «inseguridad ciudadana»,<br />
además de llevarnos a replegarnos en nuestro espacio «privado» (aunque permanentemente<br />
vigilado), está consiguiendo la fascistización/alienación/incapacitación ideológica de parte de la<br />
población de nivel bajo-medio: aumento de la audiencia de presentadores, personajes o grupos de<br />
presión claramente reaccionarios; desplazamiento de los debates de interés colectivo real<br />
(trabajo, vivienda, precariedad, privatización del dinero público…) hacia temas más propios del<br />
fascismo grannacionalista o del populismo reaccionario, que estaban supuestamente superados, y<br />
que acarrean un creciente peso de la Iglesia más retrógrada y de todo su aparato económicoideológico,<br />
colegios, clínicas, fundaciones, universidades y lobbys varios incluidos. El retroceso es<br />
innegable, aunque ahora tengamos muchas más ministras y autoridades salidas del armario.<br />
Tras unas declaraciones en 2001 del entonces ministro de Interior francés para quien «la<br />
seguridad no es de derechas ni de izquierdas», Frédéric Maurin le proponía, con ironía, una serie<br />
de medidas consecuentes con su afirmación, como por ejemplo: fichar el ADN de todo aquel<br />
responsable de maltrato a los asalariados (precariedad, flexibilidad, exclusión); castigar las<br />
violaciones colectivas de derechos sociales en los grandes centros de negocios; embargar<br />
preventiva y diligentemente todos los bienes de personajes sospechosos de fraude; repatriar y<br />
juzgar a todos aquellos con cuentas irregulares en paraísos fiscales; organizar, dentro de la propia<br />
OTAN, ataques quirúrgicos contra esos mismos paraísos fiscales donde se esconden y reciclan<br />
miles de millones de euros del fraude fiscal, la droga, la venta de armas, las malversaciones de<br />
dinero público; ingresar en centros especializados a los toxicómanos del beneficio y el robo<br />
capitalista…<br />
Con ese artículo titulado «¡Inseguridad: alto al laxismo!», su autor ponía en evidencia<br />
precisamente lo que en estas líneas queríamos mostrar: que nuestra seguridad no es en absoluto<br />
la del poder, concepción de seguridad que debemos denunciar y desarticular; que tenemos que