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MURO, memorias y testimonios (1961-2002). - Secretaría General ...

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decir de algunos, uno de los misterios que rodean el asesinato<br />

del famoso columnista es que, luego del trágico fallecimiento<br />

del periodista, ocurrido el 30 de mayo de ese año, la Policía<br />

Federal de Seguridad sustrajo varios expedientes del famoso<br />

archivo de Buendía, mismos que no fueron devueltos y entre<br />

los que se encontraban los relativos a los “Tecos” y al<br />

<strong>MURO</strong>... En septiembre del mismo año —afirma Abraham<br />

García Ibarra en su libro Apogeo y crisis de la derecha en<br />

México— Roberto Sánchez Robles, a quien identifica como<br />

uno de los jefes del <strong>MURO</strong> se enfrentó a la policía en la ciudad<br />

de México con motivo de un “lío de faldas” y se le fincó<br />

juicio por ese y “otros crímenes”. 9<br />

Se ha mencionado también la intervención del <strong>MURO</strong><br />

en las protestas contra la exposición de Rolando de la Rosa<br />

en el Museo de Arte Moderno (MAM), en 1988. Lo cierto es<br />

que en ese episodios participaron de manera importante<br />

varias personas y grupos relacionados con el <strong>MURO</strong>. Por<br />

ejemplo, la UNS, Provida y la UNPF, cuyo vicepresidente era<br />

Rafael Ayala López, personaje que, como se ha comentado,<br />

fue organizador de las actividades del <strong>MURO</strong> y de Yunque en<br />

el norte del país, según denuncias que circularon en<br />

Hermosillo en los años setenta. Rafael Ayala fue el maestro<br />

de ceremonias del acto de desagravio organizado en el<br />

zócalo por grupos católicos, incluidas escuelas como el<br />

Benavente y el Cristóbal Colón. 10 En aquella ocasión, Ayala<br />

López lanzaba vivas a México, a Cristo Rey y a Santa María<br />

de Guadalupe.<br />

Por su parte, Iñigo Laviada, el mismo que a principios<br />

de los ochenta defendía con fervor la causa de los muristas,<br />

en un artículo publicado en Excélsior con motivo de la<br />

exposición de Rolando de la Rosa, llamaba a éste “torpe y<br />

descastado autor de tal engendro ofensivo”, y afirmaba:<br />

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