Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
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<strong>Lectura</strong> 3. <strong>Individuo</strong> y <strong>persona</strong>. V 147<br />
flexiva» o «conciencia pura». Y ello, aunque situemos a ese sujeto en la época moderna<br />
y lo identifiquemos nada menos que con un Descartes (quien, por lo demás,<br />
cuando formulaba su cogito, ergo sum, lo hacía no tanto «en solitario» sino enfrentándose<br />
intencionalmente, al menos, con otra <strong>persona</strong>, la <strong>persona</strong> del «Genio maligno»).<br />
El concepto de «soledad de la <strong>persona</strong>» no tiene nada que ver con la tradición<br />
que dio origen a la idea de <strong>persona</strong>, a saber, la tradición católica; es un concepto<br />
calvinista. La <strong>persona</strong>, en la tradición católica, está siempre delante de Dios, y Dios<br />
mismo, como <strong>persona</strong>, tampoco está «solo» («solo con el Solo», de los neoplatónicos),<br />
puesto que él consiste en una sociedad de tres <strong>persona</strong>s.<br />
La idea de <strong>persona</strong> que consideramos sólo puede haberse conformado a lo<br />
largo de un proceso social e histórico. Y como quiera que un proceso social histórico<br />
no es único, lineal, sino múltiple (existen muy diversos cursos evolutivos<br />
en la humanidad histórica, muy diversos tipos de sociedades y de culturas), cabría<br />
pensar que la adscripción de la idea de <strong>persona</strong> a uno de esos cursos evolutivos<br />
equivaldría a una relativización de la Idea (relativización en el sentido del «relativismo<br />
cultural»). Pero, en realidad, semejante adscripción comporta también<br />
el reconocimiento de la dialéctica entre esos diferentes cursos evolutivos culturales,<br />
por encima de la afirmación de la mera coexistencia pacífica de las diferentes<br />
ideas de <strong>persona</strong>. Si hablamos de «coexistencia» o de «convivencia» es porque<br />
nos referimos a una coexistencia o convivencia polémica. Lo que conocemos<br />
como relativismo acaso no sea otra cosa sino el deseo de disfrazar la coexistencia<br />
polémica con una coexistencia armónica, con una convivencia pacífica. El esquema<br />
del relativismo cultural, fundado en la multiplicidad de culturas y de ideas<br />
de <strong>persona</strong> que les corresponden, está excluido por el esquema de la incompatibilidad<br />
que interponemos entre los términos de esa multiplicidad.<br />
Según esto la verdadera dificultad que se esconde tras las posiciones del relativismo<br />
cultural se deriva de la sospecha sobre si cabe hablar siquiera de una<br />
idea de <strong>persona</strong> en el ámbito de círculos culturales que se suponen ajenos al nuestro<br />
(a la manera como podemos dudar de la posibilidad de que el concepto de «diferencial»,<br />
propio de la matemática occidental, pueda encontrarse en algún otro<br />
círculo de cultura diferente). También es verdad que la idea de <strong>persona</strong> desenvuelta<br />
en nuestra «tradición occidental» no puede equipararse enteramente a un<br />
concepto geométrico o tecnológico, que habiéndose formado sin duda en nuestro<br />
círculo cultural resulte «exportable», en principio, a cualquier otro círculo cultural,<br />
sin ponerlo en peligro. En nuestro caso, la situación es muy diferente: no se<br />
trata de que la idea de <strong>persona</strong> se haya conformado en una determinada tradición,<br />
de suerte que otras tradiciones tengan sólo sus rudimentos, susceptibles sin más<br />
de ser desarrollados por influjo de la «cultura exógena». Más bien ocurre que esta<br />
idea de <strong>persona</strong> tiene, en otros círculos culturales, solamente ideas «homologas»<br />
(o si se prefiere, de la misma escala, en relación con los individuos humanos, tomados<br />
como línea uniforme de nivel) que no son tanto «rudimentos» de la idea<br />
de <strong>persona</strong> sino especies o géneros distintos alternativos, pero incompatibles entre<br />
sí y en conflicto virtual o formal mutuo. Un conflicto que no sólo se mantendrá<br />
en el terreno académico en el que hayan podido conjuntarse, en una tabla ta-<br />
<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996