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Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno

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l^crura 3. <strong>Individuo</strong> y <strong>persona</strong>. I 119<br />

que puedan darse en el terreno de otras ciencias naturales o culturales (tiene algún sentido<br />

decir que las trayectorias elípticas de los planetas son anteriores a los conceptos<br />

keplerianos; pero ¿qué sentido tiene decir que un soneto o un motor de explosión son<br />

anteriores al concepto que de ellos tuvieron sus inventores?). No entramos ahora en<br />

la cuestión, porque lo que nosotros queremos subrayar es que aquellos juristas romanos<br />

que usaban el concepto de hombre lo disociaban del concepto de <strong>persona</strong>; de suerte<br />

que, históricamente, ocurre como si nuestro concepto actual de <strong>persona</strong>, como equivalente<br />

a hombre, fuese el resultado de una ampliación del concepto de <strong>persona</strong> a los<br />

esclavos. Según esto cabría decir que el concepto de <strong>persona</strong> apareció como resultado<br />

de un proceso vinculado a la liberación, al menos teórica, de los esclavos (o de los bárbaros)<br />

y no como un mero concepto abstracto, mental, intemporal.<br />

Pero si el concepto de <strong>persona</strong> es distinto del concepto de hombre, ¿cuál es<br />

su conexión'? Y si fueran, al menos sustancialmente, conceptos de «lo mismo»,<br />

¿por qué pudieron llegar a disociarse? El «desajuste» entre la idea de <strong>persona</strong> y<br />

la idea de hombre (un desajuste que constituye una contradicción para quien postula<br />

la identidad entre hombres y <strong>persona</strong>s o, al menos, la condición <strong>persona</strong>l de<br />

todos los hombres sin excepción) es, sin duda, el más profundo problema filosófico<br />

que se plantea en tomo a la <strong>persona</strong> humana.<br />

¿Qué conexión hay entre la <strong>persona</strong> y el hombre o el individuo humano? ¿Habrá<br />

que hablar de un proceso de transformación del hombre en <strong>persona</strong> o bien, habrá<br />

que decir que la <strong>persona</strong> es cooriginaria con el hombre?, o ¿acaso la <strong>persona</strong> no<br />

es anterior o posterior al hombre (en el sentido de la metempsícosis)? Supuesta la<br />

hipótesis de la transformación, ¿cuál es su alcance? ¿El alcance de una transformación<br />

-diríamos- intrauterina (aunque determinada, según los cristianos, por el acto<br />

exterior de la creación, por parte de Dios, de un alma racional, destinada a completar<br />

e in-formar al cigoto humano)? O bien, ¿el alcance de una transformación exógena,<br />

determinada por el medio social, en un momento dado del curso histórico de<br />

su desarrollo y en virtud del cual el individuo se transformaría en <strong>persona</strong> precisamente<br />

al asumir, si no ya una máscara, sí un papel social, profesional, &c., que él<br />

deberá representar? Cabría decir que, en esta hipótesis, la metonimia de \a <strong>persona</strong><br />

trágica debiera reinterpretarse como una sinécdoque, puesto que ahora es la máscara<br />

solamente una parte del todo, a saber, el <strong>persona</strong>je o papel asumido por el individuo.<br />

De hecho, una tradición literaria, presente desde la antigüedad clásica, ha<br />

comparado a la vida humana con una representación teatral y a la Tierra con un escenario.<br />

Los hombres viven una vida humana porque representan un papel, acaso<br />

escrito por Dios; por ello, en cuanto actores deben llevar esa máscara que los constituye<br />

como «<strong>persona</strong>jes» y que difícilmente pueden cambiar por otra (así todavía,<br />

Leibniz usa de esta metáfora). Los hombres, según esta metáfora, serán <strong>persona</strong>s en<br />

tanto se ponen una máscara, y si no permanecen «alienados» llegan a identificarse,<br />

a través de ella, con su <strong>persona</strong>je (que algunos freudianos llamarán «super-ego»).<br />

Lo cierto es que, aunque el hombre, al menos conceptualmente, no es lo mismo<br />

que la <strong>persona</strong>, ni <strong>persona</strong> es lo mismo que <strong>persona</strong> humana individual, cuando hablamos<br />

de <strong>persona</strong>s, al menos en la vida civil, nos referimos a las <strong>persona</strong>s humanas;<br />

y cuando hablamos de hombres, en el contexto de los derechos del hombre o<br />

<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996

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