Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
70 <strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>. El sentido de la vida.<br />
Scheler llega a afirmar que la <strong>persona</strong> ni siquiera tiene conciencia, puesto que es<br />
supraconsciente (Üherhewusst); y que no cabe hablar siquiera de una «psicología<br />
de la <strong>persona</strong>». La <strong>persona</strong> es la forma única de existir el espíritu. El yo no es elemento<br />
esencial del espíritu, dice Scheler. Dios es <strong>persona</strong>, pero no es un yo; y<br />
tampoco tienen ego, aunque tienen <strong>persona</strong>lidad, las <strong>persona</strong>s colectivas: ellas<br />
pueden realizar actos con significado axiológico, y, sin perjuicio de su estructura<br />
supraindividual, pueden existir como unidades espirituales.<br />
La importancia del <strong>persona</strong>lismo, sobre todo del <strong>persona</strong>lismo exento, en el<br />
terreno de la filosofía moral, es muy grande, en tanto constituye una exploración<br />
hacia un horizonte transcendental, en el que se dibuja un orden de entidades, estructuras<br />
o valores que suele ser subestimado o ignorado por el reduccionismo<br />
biologista, cibernético o psicologista.<br />
El objetivismo axiológico de Scheler o de Hartmann (quien, sin perjuicio de<br />
su objetivismo axiológico, no acepta, sin embargo, la disociación entre \a.<strong>persona</strong><br />
y el ego propuesta por Scheler) subraya la necesidad de entender la idea de <strong>persona</strong><br />
como término correlativo del Mundo axiológico y no como término meramente<br />
correlativo del Umwelt o «Mundo entorno» del animal.<br />
VII. La idea de <strong>persona</strong> como idea transcendental.<br />
I. El horizonte transcendental de la idea de <strong>persona</strong>.<br />
La tesis según la cual la idea de <strong>persona</strong> reclama un horizonte transcendental<br />
se opone inmediatamente a las concepciones categoriales de la <strong>persona</strong><br />
desarrolladas con ayuda de los métodos científico-positivos (por ejemplo, la<br />
doctrina de la <strong>persona</strong> como resultante del moldeamiento ejercido sobre el individuo<br />
por una cultura, de la escuela «Cultura y Personalidad», o bien la doctrina<br />
de la <strong>persona</strong> como «estructura sistémica»). Cuando se reclama un horizonte<br />
transcendental para la idea de <strong>persona</strong>, ello se debe a que se pone la<br />
<strong>persona</strong>lidad en un contexto tal que desborda los límites de su individualidad,<br />
puesto que pide la relación recurrente, interna o transcendental con un mundo<br />
que es, no un Umwelt, sino un Mundo, en principio infinito; «el hombre es la<br />
medida de todas las cosas», había dicho Protágoras. La idea de <strong>persona</strong>, en este<br />
sentido, tiene mucho de estructura ideal tercio-genérica; su posición en el espacio<br />
antropológico podría compararse a la que pueda corresponder en el espacio<br />
geométrico a la estructura de un «triángulo birrectángulo». Por ello, tampoco<br />
pueden considerarse como transcendentales las concepciones de la <strong>persona</strong>lidad<br />
que se limitan a subrayar la necesidad de tomar en cuenta la «interacción del<br />
sujeto con el medio». Esta «interacción», por sí misma, sigue siendo categorial;<br />
además, no sólo el hombre, sino también los animales dotados de sistema nervioso<br />
tienen un «mundo entorno».<br />
<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996