Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
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66 <strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>. El sentido de la vida.<br />
hemos distinguido en la tabla, ideas que constituyen un sistema (en función<br />
de la combinatoria de los criterios utilizados) y un sistema polémico.<br />
Como esta situación equivale a aceptar la oposición y aún el conflicto<br />
dialéctico en el seno mismo de la <strong>persona</strong>, podríamos llamar a las concepciones<br />
de este grupo concepciones dialécticas de la <strong>persona</strong> (y de éstas<br />
hablaremos en la sección siguiente).<br />
3. Teorías reduccionistas de la <strong>persona</strong>.<br />
Las concepciones de la <strong>persona</strong>lidad que englobamos bajo la rúbrica de reduccionistas<br />
son muy diversas entre sí, pues diversas son las diferentes categorías<br />
de referencia. Sin embargo, acaso todas ellas comportan una misma forma, que<br />
está en función precisamente de la metodología empírica de toda la ciencia categorial.<br />
Esta forma se reduce a entender la <strong>persona</strong>lidad individual como una totalidad<br />
atributiva, pero entendida en función de las diversas partes consideradas como<br />
componentes o factores de la <strong>persona</strong>lidad. Según la materia, o contenido, habrá<br />
teorías biológicas (si, por ejemplo, como partes o factores de la <strong>persona</strong>lidad, se<br />
consideran los hemisferios cerebrales), o bien psicológicas, o sociológicas o bien,<br />
lo que es más frecuente, una mezcla de todas ellas. Según el modo de entender la<br />
forma de estas totalidades, las concepciones categoriales de la <strong>persona</strong>lidad podrían<br />
distinguirse según estos criterios, metodológicamente significativos (dado<br />
que cada uno de ellos conduce a diversos modelos de <strong>persona</strong>lidad):<br />
a) Cuando la totalidad se entiende como una totalidad empírica aditiva, de<br />
yuxtaposición de partes o factores que mantienen entre sí ciertas correlaciones,<br />
estamos ante los moáe.\o% factorialistas de la <strong>persona</strong>lidad, muy<br />
utilizados por los psicólogos (así H.J. Eysenck en su Estructura y medida<br />
de la <strong>persona</strong>lidad 1970; o R.B. Cattell, La descripción y medida de la<br />
<strong>persona</strong>lidad 1946). También la concepción de la <strong>persona</strong>lidad que ofreció<br />
J.B. Watson, Behaviorism 1925, era aditiva:<br />
«La <strong>persona</strong>lidad es la suma de actividades que pueden descubrirse por observación<br />
de la conducta de un individuo durante un lapso de tiempo suficiente para<br />
obtener una información viable.»<br />
b) Cuando la <strong>persona</strong>lidad se entiende, además, según un tipo de totalidades<br />
estructuradas, en el sentido de la Gestalt-theorie, la <strong>persona</strong>lidad se<br />
nos dará como un todo «que dice más que la suma de sus partes». Así,<br />
Bugental establece cinco postulados para fundar lo que, según él, debería<br />
ser una Psicología de la Personalidad y de los cuales el primero reza<br />
así: «el ser humano, en cuanto tal, es superior a la suma de sus partes.»<br />
Los modelos psicodinámicos de <strong>persona</strong>lidad (como el modelo ternario<br />
de Freud: ello, ego, superego) son modelos estructurales.<br />
<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996