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Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno

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<strong>Lectura</strong> 3. <strong>Individuo</strong> y <strong>persona</strong>. VIH 177<br />

des que sólo pueden entenderse como efectos de la «masa inercial» de un cuerpo<br />

social que haya alcanzado una «velocidad histórica» precisa. La condición de <strong>persona</strong><br />

confiere también, en principio, al individuo, la capacidad de «gobernar» los<br />

motores, etológicos o psicológicos, que actúan a nivel individual (tales como temor,<br />

odio, envidia, soberbia, egoísmo estrecho).<br />

Ser <strong>persona</strong> es estar en disposición no sólo de hacer planes y programas sino<br />

también de poder penetrar en el entendimiento de los programas y planes, a corto<br />

o largo plazo, de otras <strong>persona</strong>s; incluso, desde luego (en el contexto de la idea<br />

metafinita), de los programas y planes que son incompatibles con los propios,<br />

aquellos cuya confrontación implica violencia, convivencia violenta y no sólo<br />

convivencia pacífica. ¿Acaso esa sociedad de <strong>persona</strong>s organizada como un «Estado<br />

de derecho», de R. von Mohl, puede concebirse al margen de todo género de<br />

violencia, aunque ésta se haya transformado en «violencia legal» que lleva a la<br />

cárcel al delincuente? El reino de las <strong>persona</strong>s reales no puede confundirse con<br />

una mítica «comunión de los santos», o con un «estado de naturaleza» (al modo<br />

de J. Rawls) o como una sociedad dotada de un «apriori consensual de comunicación»<br />

que haga posible el diálogo ético y el discurso permanente (que proclaman<br />

K. Apel o J. Habermas). ¿O es que hemos de expulsar a Temístocles, a Alejandro,<br />

a César del «reino de las <strong>persona</strong>s» por el hecho de haber sido generales,<br />

y generales carniceros? ¿Desde cuando hay que empezar a decir que sólo los individuos<br />

pacíficos han sido <strong>persona</strong>s? Jesucristo, símbolo de la paz para tantos<br />

cristianos, ¿no arremetió violentamente a latigazos con los mercaderes?, ¿dejó de<br />

ser <strong>persona</strong>, y <strong>persona</strong> divina, por ello? No es la paz o la violencia lo que diferencia<br />

a los sujetos <strong>persona</strong>les de los individuos meramente animales: son los contenidos<br />

materiales (los valores de esos contenidos), los planes y programas, los<br />

que hacen que unos sujetos, pacíficos o violentos, sean <strong>persona</strong>s y otros dejen de<br />

serlo, permaneciendo en su condición de individuos dementes, alienados o fanáticos.<br />

El empujón violento que una <strong>persona</strong> da a otra <strong>persona</strong>, situada en la terraza<br />

de un rascacielos, a fin de lograr su caída es un acto violento criminal; el empujón<br />

violento que un ciudadano da a otro ciudadano distraído en medio de la calle<br />

para evitar que un coche le atropelle es un acto violento, de elevado valor ético.<br />

VIII. Dialéctica de la <strong>persona</strong> como principio de un regressus.<br />

1. La universalidad de la idea de <strong>persona</strong> como postulado o ficción cuasijurídica.<br />

Tenemos que partir de la presencia normativa de la <strong>persona</strong> humana como<br />

idea transcendental, sujeto de derechos y deberes, que se extienden umversalmente<br />

en nuestro siglo y en nuestra sociedad industrial, al menos idealmente, a la totalidad<br />

del género humano. Todos los individuos humanos, cualquiera que sea su<br />

<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996

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