Lectura tercera. Individuo y persona - Fundación Gustavo Bueno
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<strong>Lectura</strong> 3. <strong>Individuo</strong> y <strong>persona</strong>. V 151<br />
de la <strong>persona</strong> humana buscando discriminar las concepciones de la <strong>persona</strong> que<br />
se supone mantienen una disociación formal entre <strong>persona</strong> y hombre (independientemente<br />
de que se admita que la <strong>persona</strong> únicamente aparece en el eje circular,<br />
o también en el angular) y las que mantienen una asociación entre <strong>persona</strong> y<br />
hombre (sin necesidad tampoco de excluir el reconocimiento de las <strong>persona</strong>s en<br />
el eje angular). Hay que tener en cuenta las concepciones según las cuales las <strong>persona</strong>s<br />
«angulares» estarían orientadas al advenimiento o constitución de la <strong>persona</strong><br />
humana; concepciones paralelas a las que tratan a los hombres como entidades<br />
orientadas a constituirse, por sí mismas, en <strong>persona</strong>s.<br />
Según este criterio distinguiremos dos géneros de concepciones de la<br />
<strong>persona</strong>:<br />
(A) Las concepciones anantrópicas (o no-antrópicas) de la <strong>persona</strong>, basadas<br />
en el principio de la disociación entre las ideas de <strong>persona</strong> y de hombre<br />
(sin perjuicio de reconocer la posibilidad de su eventual intersección). Por<br />
ejemplo, en el islamismo, las diferentes «Formas separadas» por él reconocidas<br />
(arcángeles, ángeles...) son <strong>persona</strong>s; pero la <strong>persona</strong> humana no<br />
parece tener, en sí misma, en cuanto <strong>persona</strong>, un privilegio especial.<br />
(B) Las concepciones antrópicas de la <strong>persona</strong>, basadas en el principio de<br />
la asociación de la idea de <strong>persona</strong> y de <strong>persona</strong> humana (como si la idea<br />
de <strong>persona</strong>, sin perjuicio incluso de su eventual divinidad, tendiese a «girar»<br />
en un momento dado, o desde siempre, en tomo al hombre). La teología<br />
trinitaria del cristianismo, cuando se considera en función de los<br />
coros angélicos que la envuelven (coros constituidos por elementos «<strong>persona</strong>les»:<br />
serafines, querubines... arcángeles, ángeles) no parece orientada<br />
(o «polarizada») en sentido antrópico; sin embargo, y a diferencia<br />
del islamismo, habría que subrayar que entre todas las criaturas, fue elegido<br />
el hombre, por encima de los serafines, querubines, &c., para la<br />
unión hipostática de la Segunda Persona de la Trinidad; lo que permite<br />
atribuir a la teología trinitaria cristiana un significado marcadamente antrópico<br />
(antropocéntrico).<br />
6. Tercer criterio de clasificación de las ideas de <strong>persona</strong>. Ideas ahistóricas<br />
e ideas históricas de <strong>persona</strong>.<br />
El tercer criterio de clasificación de las ideas de <strong>persona</strong> introduce la distinción<br />
entre dos perspectivas genéricas (respecto del campo <strong>persona</strong>l) pero muy significativas<br />
desde el punto de vista de la filosofía de la <strong>persona</strong>, en el momento de<br />
enfrentarse con la construcción de esa idea:<br />
(a) la perspectiva ahistórica (o atemporal) y,<br />
(b) la perspectiva histórica o evolutiva.<br />
<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, El sentido de la vida, Pentalfa, Oviedo 1996