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Geografía - Ministerio del Poder Popular para la Educación

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El ritmo <strong>del</strong> tiempo<br />

Seguramente, tú al igual que el resto de <strong>la</strong> gente, sienten que el tiempo cotidiano y el vivencial corren<br />

más rápido o más lento, de acuerdo a <strong>la</strong> velocidad con <strong>la</strong> cual tengan que cumplir con <strong>la</strong>s actividades.<br />

Esto constituye el ritmo <strong>del</strong> transcurso <strong>del</strong> tiempo, el cual a veces lo percibimos más lento y en otras<br />

ocasiones más rápido, de acuerdo con <strong>la</strong> intensidad de <strong>la</strong> actividad que estamos realizando o hemos<br />

realizado. Es algo semejante a cuando tú bai<strong>la</strong>s y sigues el ritmo de <strong>la</strong> música que escuchas. Si esta tiene<br />

un ritmo rápido (merengue, salsa, guaracha, etc.), tus “pasos” de baile serán rápidos y por el contrario,<br />

si es lenta (un bolero ¿lo conoces?, una ba<strong>la</strong>da suave, por ejemplo), tu seguirás con tus pies ese ritmo o<br />

compás pausado ¿Cierto? ¿Entiende mejor lo qué es el ritmo <strong>del</strong> tiempo?<br />

Ahora, te ofrecemos fragmentos de un artículo que ilustra el ritmo <strong>del</strong> tiempo y su conexión con <strong>la</strong><br />

vida de los habitantes en su espacio cotidiano.<br />

Los ritmos de <strong>la</strong> vida<br />

“En condiciones óptimas, una persona está dotada<br />

<strong>para</strong> recorrer por sus propios medios, caminando,<br />

unos 5 km por hora, velocidad que resulta irrisoria<br />

si <strong>la</strong> com<strong>para</strong>mos con aquel<strong>la</strong> que pueden alcanzar<br />

nuestros medios de transporte. Gracias a <strong>la</strong> velocidad<br />

de <strong>la</strong>s máquinas se reduce signicativamente el<br />

tiempo de <strong>la</strong> actividad humana. Ese tiempo acelerado<br />

marca también el carácter de nuestras re<strong>la</strong>ciones<br />

personales (…) Todo se acelera y se vuelve difuso.<br />

Atrás queda <strong>la</strong> vida. Las re<strong>la</strong>ciones que promueven<br />

sólidos <strong>la</strong>zos afectivos se vuelven superciales por<br />

falta de cultivo. El estrés por cumplir con todo y con<br />

todos nos agobia. El tiempo desperdiciado en <strong>la</strong>s interminables<br />

co<strong>la</strong>s de tráco ya no será utilizado en<br />

algo signicativo. También <strong>la</strong> comida se ha vuelto un Fig. Nº 13 Ritmo de vida acelerado.<br />

ritual de extraños (…)<br />

En <strong>la</strong> actual sociedad, al adoptar los ritmos de <strong>la</strong>s máquinas nos hemos desconectados de los ritmos de <strong>la</strong><br />

vida(…) Ignoramos al resto de <strong>la</strong> vida porque no <strong>la</strong> vemos, no compartimos con el<strong>la</strong>(…) Al acelerar nuestro<br />

paso, queda atrás <strong>la</strong> identicación imprescindible <strong>para</strong> sentirnos parte de <strong>la</strong> comunidad <strong>del</strong> p<strong>la</strong>neta, junto a<br />

todo lo que necesitamos <strong>para</strong> sobrevivir sin depender de un trabajo de nueve a cinco en una sociedad consumista(…);<br />

quedan atrás <strong>la</strong>s voces de los múltiples seres que nos acompañan y su re<strong>la</strong>ción con nosotros;<br />

quedan atrás <strong>la</strong>s comunidades de p<strong>la</strong>ntas que nos alimentan y prestan muchos servicios, cuando sabemos<br />

reconocer<strong>la</strong>s; quedan atrás los signos de los cielos y de <strong>la</strong> tierra que por casi trescientos mil años guiaron a<br />

toda <strong>la</strong> actividad humana. Hemos cambiado todo eso por <strong>la</strong> satisfacción rápida, <strong>la</strong> ganancia fácil, el enriquecimiento<br />

a toda costa. Así, por obra y magia de <strong>la</strong>s hormonas, los pollos deben convertirse en adultos en<br />

dos meses, <strong>la</strong> maduración de <strong>la</strong>s frutas tiene que ser acelerada o retardada según los caprichos <strong>del</strong> mercado,<br />

<strong>la</strong>s madres deben amamantar de cero a tres meses <strong>para</strong> ser trabajadoras rentables, y <strong>la</strong>s enfermedades se<br />

enmascaran con químicos <strong>para</strong> que sigamos funcionando como si nuestro cuerpo no estuviera rec<strong>la</strong>mando<br />

un reposo sanador…<br />

¿Vale <strong>la</strong> pena tanto ajetreo?”.<br />

Fuente: Garcé, Levanah. “Los ritmos de <strong>la</strong> vida”. Revista <strong>Poder</strong> Vivir, Sistema Masivo de Revistas, <strong>Ministerio</strong> <strong>del</strong> <strong>Poder</strong> <strong>Popu<strong>la</strong>r</strong> <strong>para</strong> <strong>la</strong> Cultura, Nº 5, 2010, pp. 58-59.<br />

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