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El-Bienestar-Subjetivo-en-America-Latina-Libropdf
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Ante esa evidencia, lo más sensato es referirnos directamente a los individuos.<br />
En otros términos, las dimensiones individuales (o la persona) constituyen hoy una<br />
acotada e identificable unidad de análisis para el progreso y evaluación de la sociedad.<br />
Los individuos representan hoy un referente insoslayable del bienestar social.<br />
La convicción de que las personas son hoy el centro está, además del bienestar<br />
subjetivo, en la concepción de Desarrollo Humano (DH) inspirado en el EC de Sen.<br />
Por ejemplo, en el primer número de los informes del PNUD, en 1990, se establecía:<br />
“Este informe es sobre personas y sobre cómo el desarrollo alarga sus elecciones.<br />
Es sobre algo más que el crecimiento del PIB y del ingreso…y algo más que la acumulación<br />
de capital… El acceso de una persona al ingreso puede ser una de sus<br />
elecciones pero no es la suma de todos los esfuerzos humanos”.<br />
Así, los individuos son el nuevo objeto programático y conceptual del progreso.<br />
Desde luego, cuando esos dos elementos cambian surgen una serie de preguntas.<br />
Cuando se pensó que el PIB daba respuesta a la relación entre progreso y bienestar,<br />
se precisaba, de un lado, mejorar los medios para medirlo y para atenderlo e impulsarlo.<br />
Del mismo modo, el cambio hacia el individuo como nueva referencia del progreso<br />
requiere determinar cómo captarlo y medirlo. Mientras el EC y el bienestar<br />
subjetivo comparten la necesidad de poner en el núcleo del bienestar a las personas,<br />
divergen en los indicadores con el que habrá que medirlo. Uno lo hace, precisamente,<br />
a través del concepto de capacidades; el otro, mediante el carácter subjetivo de<br />
bienestar. Sin embargo, a riesgo de incurrir en algunas pequeñas imprecisiones,<br />
ambos enfoques tienen una idea de bienestar semejante. Y podríamos definirla así:<br />
el bienestar se refiere al hecho de que toda persona pueda conducir su biografía y llevar<br />
una vida satisfecha dentro de un rango aceptable de elegibilidad y sustentabilidad con<br />
objeto de que se tenga certidumbre sobre esa capacidad y condición. La diferencia es,<br />
como hemos dicho, el matiz con el que se acentúa la referencia a la persona y, con<br />
ello, los aspectos subjetivos.<br />
Lo subjetivo como experiencia<br />
En realidad lo subjetivo no se refiere a una “zona” que está, como normalmente se<br />
sobreentiende en análisis comunes, enfrente de otra, la cual constituye, esa sí, una<br />
realidad objetiva. No es un contraste entre dos lógicas irreconciliables, como quien<br />
habla de mundos mágicos y científicos. Los científicos tienen también dimensiones<br />
subjetivas. Lo subjetivo refiere a una propiedad o adscripción del sujeto. Y esa pro-<br />
64 René Millán