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GUIAS HIPERTENSION ARTERIAL.indb - Scc

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Revista Colombiana de Cardiología<br />

Febrero 2007<br />

disminuye en 16% y el de evento vascular cerebral en 38%<br />

(6). Experimentos clínicos bien diseñados y conducidos,<br />

de-muestran cómo la mortalidad en la fase aguda<br />

puede disminuirse de manera significativa con el empleo<br />

de beta-bloqueadores orales o intravenosos, y cómo<br />

estos resultados se pueden mantener en el tiempo. En<br />

ISIS-1 se estudiaron 16.027 pacientes asignados a una<br />

dosis inicial de atenolol de 5 a 10 mg y a continuar<br />

100 mg por día versus placebo (7). Se demostró una<br />

disminución de la mortalidad general del 15% (p<<br />

0,04) que se mantuvo a un año. Otro ensayo clínico<br />

de menor ta-maño como el MIAMI (Metoprolol In Acute<br />

Myocardial Infarction) con 5.778 pacientes asignados<br />

en forma aleatoria a recibir placebo o 15 mg de metoprolol<br />

intravenoso en las primeras 24 horas seguido<br />

por 15 días de tratamiento con 200 mg al día, mostró<br />

una diferencia no significativa del 13% a favor del<br />

tratamiento activo (8).<br />

Los resultados positivos de esta aproximación continuaron<br />

evidenciándose después de la utilización generalizada<br />

de fibrinólisis y ácido acetil salicílico para el<br />

tratamiento de la fase aguda del infarto. En el estudio TIMI<br />

IIB (Thrombolisis in Myocardial Infarction) (9), realizado<br />

varios años más tarde, se asignaron 1.434 pacientes a<br />

ácido acetil salicílico, activador recombinante de plasminógeno<br />

tisular, y metoprolol hasta 15 mg intravenosos<br />

en la fase aguda, seguidos de 50 mg por vía oral dos<br />

veces al día y, según tolerancia, incrementando hasta<br />

200 mg al día en dos dosis; se encontró una disminución<br />

significativa del reinfarto en los primeros seis días,<br />

la cual se tornó no significativa en el día 46. En ambos<br />

casos, el tamaño relativamente pequeño de la muestra<br />

puede ser el responsable de los resultados. Antes del<br />

inicio de la era trombolítica del manejo del infarto de<br />

miocardio, en un meta-análisis histórico, los doctores<br />

Yusuf y Peto analizaron los resultados de 28 ensayos<br />

clínicos publicados que empleaban beta-bloqueadores<br />

en la fase aguda del infarto y se confirmó la disminución<br />

del 13% en la mortalidad de los pacientes que se<br />

sometían a tratamiento temprano (10).<br />

Aunque no se ha estudiado directamente la evidencia<br />

de beta-bloqueo en infarto agudo del miocardio después<br />

de la era trombolítica, existe evidencia fuerte de su efecto<br />

benéfico. En un análisis de los estudios PAMI (Primary<br />

Angioplasty in AMI), Stent-PAMI, Air-PAMI y CADILLAC<br />

(Controlled Abciximab and Device Inves-tigation to Lower<br />

Late Angioplasty Complications) (11-14) se demuestra<br />

reducción de la mortalidad cuando se utilizan betabloquedores<br />

antes de las intervenciones de reperfusión<br />

percutáneas.<br />

Vol. 13 Suplemento 1<br />

ISSN 0120-5633<br />

Fase tardía del infarto agudo de miocardio<br />

285<br />

Los efectos del beta-bloqueo se han demostrado<br />

también cuando se inicia el tratamiento después de la<br />

fase “hiperaguda” del infarto del miocardio. Los betabloqueadores<br />

iniciados 5 a 28 días después de un episodio<br />

agudo de infarto del miocardio, han demostrado<br />

resultados igualmente efectivos en la disminución de<br />

la mortalidad. En el Norwegian Multicenter Study, se<br />

aleatorizaron 1.884 pacientes sobrevivientes a un infarto<br />

entre los días 7 y 28 de su evolución (15). Se les administró<br />

timolol 5 mg cada 12 horas que se incrementaba<br />

hasta 10 mg dos veces al día durante 12 a 33 meses<br />

versus placebo. Se encontró una reducción importante<br />

del 39% de la mortalidad y una disminución del 28%<br />

en la tasa de reinfarto (p

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