GUIAS HIPERTENSION ARTERIAL.indb - Scc
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256<br />
GUÍAS COLOMBIANAS PARA EL DIAGNÓSTICO<br />
Y TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN <strong>ARTERIAL</strong><br />
(24). Los beneficios del tratamiento antihipertensivo en<br />
diabéticos también se evidencian en los subanálisis de<br />
los estudios SYST-EUR, HOT y UKPDS (25-27). En el<br />
es-tudio HOT la menor cantidad de eventos se observó<br />
en grupos que alcanzaron presión diastólica entre 85 y<br />
80 mm Hg (promedio: 82,5 mm Hg) pudiendo requerir<br />
hasta cuatro agentes: felodipino, inhibidor de la enzima<br />
convertidora de angiotensina, betabloqueador y diurético<br />
(26). En el mismo estudio se encontró incremento en la<br />
ocurrencia de eventos cardiovasculares y mortalidad en<br />
diabéticos con presiones superiores a 120/80 mm Hg<br />
(26). En el estudio UKPDS cuando se redujo la presión<br />
a valores de 144/82, hubo 24% menos eventos micro<br />
y cardiovasculares y el beneficio fue independiente de<br />
que se usara captopril o atenolol (27). También se ha<br />
demos-trado que para obtener la meta de presión arterial<br />
diastó-lica < 80 mm Hg, se requieren tres a cuatro<br />
antihiper-tensivos (28).<br />
Por las consideraciones anteriores, el beneficio de<br />
bajar la presión arterial resulta independiente del tipo<br />
de antihipertensivo utilizado, de tal manera que las guías<br />
europeas incluyen a todos los agentes antihipertensivos<br />
bien tolerados como potencialmente utilizables, generalmente<br />
en combinación en pacientes diabéticos (29).<br />
De manera similar, el VII Comité Nacional Conjunto<br />
incluye a los beta-bloqueadores, diuréticos tiazídicos,<br />
bloqueadores de los canales del calcio, inhibidores de<br />
la enzima convertidora de angiotensina y bloqueadores<br />
de los receptores de angiotensina-II como capaces de<br />
reducir la incidencia de enfermedad cardiovascular y<br />
cerebrovascular en los pacientes diabéticos (30).<br />
La meta de presión en < 130/80 mm Hg para diabéticos,<br />
fue considerada razonable y posible por el VII<br />
Comité Nacional Conjunto y las Sociedades Europeas<br />
de Cardiología e Hipertensión, y además fue recomendada<br />
en sus Guías. La American Diabetes Association se<br />
pronunció a favor de esta misma meta (31, 32) aunque<br />
reconoce que a la luz del análisis epidemiológico de<br />
diferentes estudios, las presiones < 120/70 mm Hg se<br />
asocian con eventos cardiovasculares y mortalidad en<br />
diabéticos. En este sentido se ha visto, por ejemplo, que<br />
en pacientes con nefropatía diabética, la tasa de progresión<br />
de la enfermedad renal está en continua relación<br />
con la reducción de la presión sanguínea a niveles por<br />
debajo de 130/70 mm Hg (33 ). Adicionalmente, en<br />
algunas complicaciones como el pie diabético, se ha<br />
informado la conveniencia de reducir la presión arterial<br />
a < 120/70 mm Hg.<br />
La recomendación de meta de presión para diabéticos<br />
en < 130/80 mm Hg fue seleccionada no sólo por sus<br />
Revista Colombiana de Cardiología<br />
Febrero 2007<br />
beneficios demostrados sino por la posibilidad de lograrla<br />
y en forma segura, pero una vez conseguida, la presión<br />
óptima sería la más baja que se pueda tolerar (29).<br />
Durante el embarazo de diabéticas con hipertensión<br />
crónica, la meta de presión sistólica recomendada<br />
como razonable es de 110-129 mm Hg y la de presión<br />
dias-tólica de 65-79 mm Hg. Valores más bajos pueden<br />
asociarse con crecimiento fetal inadecuado (31).<br />
Efecto de los medicamentos antihipertensivos<br />
sobre la prevención y progresión<br />
de las complicaciones de la diabetes<br />
No hay grandes ensayos clínicos que evalúen los<br />
efectos reductores de la presión sobre la morbilidad<br />
y mortalidad cardiovascular en diabéticos tipo 1. Sin<br />
embargo, hay buena evidencia de que los diuréticos<br />
y los beta-bloqueadores disminuyen la progresión de<br />
nefropatía en estos pacientes (34). En pacientes albuminúricos<br />
con diabetes tipo 1, la mejor protección contra<br />
el deterioro de la función renal está a favor de los<br />
inhi-bidores de la enzima convertidora de angiotensina<br />
(35). Diversos estudios desarrollados durante los años<br />
noventa, demostraron que el tratamiento con inhibidores<br />
de la enzima convertidora de angiotensina previene el<br />
desarrollo de microalbuminuria o su reducción, estabiliza<br />
la tasa de filtración glomerular y previene la transición<br />
de nefropatía incipiente a manifiesta en diabéticos tipo 1<br />
(36- 39). Hasta ahora no hay evidencia de que el efecto<br />
nefroprotector de los bloqueadores de los receptores de<br />
angiotensina-II sea superior al de los inhibidores de la<br />
enzima convertidora de angiotensina en diabéticos tipo<br />
1. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina<br />
se han indicado, por lo tanto, para diabéticos<br />
tipo 1 con nefropatía. En diabéticos tipo 2 y deterioro<br />
funcional renal moderado (GFR > 70 mL/min por<br />
1,73 m 2 de superficie corporal), la nefroprotección con<br />
telmisartán no resultó inferior a enalapril en diabéticos<br />
tipo 2 pero tampoco fue ventajosa (40). En contraste,<br />
los estudios con bloqueadores de los receptores de angiotensina-II,<br />
han aportado resultados definitivos sobre<br />
el pronóstico renal de pacientes con diabetes tipo 2 y<br />
nefropatía avanzada. Los estudios RENAAL e IDNT han<br />
demostrado protección frente a la progresión renal y<br />
necesidad de diálisis en diabéticos tipo 2 (41, 42), de<br />
tal manera que en presencia de nefropatía avanzada<br />
y diabetes tipo 2, las evidencias disponibles favorecen<br />
al tratamiento con bloqueadores de los receptores de<br />
angiotensina-II.