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GUIAS HIPERTENSION ARTERIAL.indb - Scc

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Revista Colombiana de Cardiología<br />

Febrero 2007<br />

en la población mundial tiene gran importancia en el<br />

desarrollo futuro de la hipertensión arterial, y los esfuerzos<br />

encaminados hacia el control de esta tendencia<br />

se verán reflejados en una disminución en la aparición<br />

de la hipertensión arterial.<br />

La reducción de peso debe buscarse en todo paciente<br />

hipertenso obeso o con sobrepeso. Ésta se acompaña de<br />

una disminución en las cifras de presión arterial, incluso<br />

antes de llegar al peso ideal, lo cual ha sido consistentemente<br />

reproducido en la mayoría de estudios clínicos<br />

y confirmado por meta-análisis (7- 10).<br />

La disminución en el peso se logra mediante una dieta<br />

hipocalórica acompañada de un programa de ejercicio<br />

físico; otros cambios terapéuticos en el estilo de vida<br />

deben instaurarse como un programa global de control,<br />

buscando la forma de que permanezcan en el tiempo. Sin<br />

embargo, es clara la dificultad en lograr que la disminución<br />

en el peso se conserve en el largo plazo.<br />

Con respecto a la dieta, el estudio más importante que<br />

demostró el impacto de la misma en la modificación de<br />

la hipertensión arterial fue el DASH (Dietary Approaches<br />

to Stop Hypertension) (11), en una población compuesta<br />

por pre-hipertensos (presión arterial normal y normal-alta)<br />

e hipertensos estadio I, con un porcentaje importante<br />

de afro-americanos (60%). Esta dieta es baja en grasa<br />

y colesterol, y rica en fruta, vegetales, derivados lácteos<br />

bajos en grasa y fibra; incluye granos enteros, aves, pescado,<br />

nueces, pocas cantidades de carnes rojas, dulces<br />

y bebidas azucaradas. La dieta DASH se acompañó de<br />

una disminución significativa de 5,5 mm Hg de presión<br />

arterial sistólica y 3 mm Hg de presión arterial diastólica<br />

al cabo de las ocho semanas de intervención. Se observó<br />

una disminución especialmente notoria en la población<br />

negra y en los hipertensos; en éstos (29% del grupo), el<br />

efecto antihipertensivo (disminución de 11,4/5,5 mm<br />

Hg en presiones sistólica y diastólica) fue similar al del<br />

tratamiento farmacológico con monoterapia. Para llegar<br />

a la dieta DASH, se recomienda iniciar lentamente con<br />

cambios graduales en los hábitos alimenticios, centrando<br />

las comidas en los carbohidratos (pasta, arroz,<br />

vegetales) en lugar de hacerlo en la carne, y emplear las<br />

frutas y alimentos de bajas calorías como postre (12).<br />

Cuando la dieta DASH se asocia con reducción en el<br />

consumo de sodio, el efecto sobre la presión arterial es<br />

aún mayor (13).<br />

Una de las ventajas importantes de la dieta DASH<br />

es que es asequible a la población general y puede tener<br />

efec-tos saludables diferentes al beneficio cardiovascular<br />

Vol. 13 Suplemento 1<br />

ISSN 0120-5633<br />

213<br />

(14). Se ha encontrado que es posible lograr adecuada<br />

adherencia a este tipo de dieta con una selección apropiada<br />

y buena motivación (15).<br />

Reducción en la ingestión de sal<br />

La relación entre ingestión elevada de sodio e hipertensión<br />

arterial, se conoce de larga data. Existe una<br />

relación directa entre el consumo de sodio, la edad y<br />

la presión arterial (16 , 17). A pesar de algunas dificultades<br />

metodológicas y variaciones en los resultados de<br />

estudios individuales, éstos muestran que la disminución<br />

en el consumo de sal se acompaña de una reducción<br />

modesta pero consistente en las cifras de presión arterial<br />

(18-20). A todos los pacientes hipertensos se les debe<br />

insistir en reducir la ingestión diaria de sal, para lo cual<br />

se recomienda limitar la ingestión de sodio dietario<br />

a < 2,4 g por día (equivalente a 6 g de cloruro de sodio)<br />

(21); para lograrlo, se recomienda escoger alimentos<br />

bajos en sal y reducir la sal adicional en la mesa. La<br />

disminución general en el consumo de sal podría representar<br />

una disminución de 14% en las muertes por<br />

enfermedad cerebrovascular y de 9% por enfermedad<br />

coronaria en hipertensos (17).<br />

Reducción en el consumo de alcohol<br />

Desde el punto de vista epidemiológico, la asociación<br />

entre consumo de alcohol e hipertensión arterial es<br />

fuerte. En grupos poblacionales variados se demuestra<br />

un incremento progresivo en la presión arterial a medida<br />

que la cantidad de alcohol consumido aumenta por<br />

encima de dos tragos diarios (un trago se define como<br />

14 g de etanol, contenidos en 12 onzas de cerveza, 5<br />

onzas de vino de mesa, 1,5 onzas de licores destilados<br />

-40% de alcohol) (22). La relación depende más de la<br />

cantidad de alcohol que se consume que del tipo de<br />

licor ingerido.<br />

De igual forma, una reducción en el consumo de<br />

alcohol se acompaña de una disminución significativa<br />

en las cifras de presión arterial, 3,3 mm Hg de presión<br />

sistólica y 2 mm Hg de presión diastólica (23). Se<br />

reco-mienda moderar el consumo de alcohol en todos<br />

aquellos hipertensos que lo ingieren, permitiéndose no<br />

más de dos tragos al día en hombres y un trago al día<br />

en mujeres (19).<br />

Ejercicio físico<br />

El sedentarismo se asocia con aumento del riesgo<br />

cardiovascular general. La realización regular de ejercicio

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