NOMADISMO Y €TOPIA - Academia Europea de Ciencias y Artes

JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA
mismo país durante siglos. El valor dominante de las sociedades
actuales es la libertad. Una de cuyas dimensiones es la
libertad de movimiento.
Muchos estudiosos están de acuerdo en que, en las décadas
venideras nos enfrentaremos a profundas contradicciones
y paradojas desconcertantes y en que experimentaremos
esperanzas envueltas en desesperación (Beck, 2002: 1)
que nos obliguen a escapar de nuestros actuales campamentos
económicos, políticos, sociales y culturales. El nomadismo
como estilo de vida, será adoptado por un número
mayor de ciudadanos que en la actualidad (Maffessoli,
2004).
Esta era de la movilidad se alimenta de una de las tendencias
naturales más íntimas de los hombres, la exploración
de lo desconocido. Hasta la edad moderna el hombre
estaba preso en su entorno desprovisto de la tecnología que
facilitase la superación de la barrera de la distancia. La movilidad
les impulsa como inquisidores sociales y exploradores
del universo que son, a cruzar el umbral de lo cotidiano,
de lo usado cotidianamente. Frente al postulado estático de
que el hombre no se desplaza ni se mueve de su cueva natural
si no es empujado por la desgracia o el acoso, la era dela
movilidad actual impone el postulado contrario de no permanecer
quieto si no es por carencia de medios.
La inmovilidad conlleva lo inmutable que existe, la condición
dogmática de lo que debe existir porque ya existe. Es
la verdad de lo coexistente, al paso que la movilidad tiende
a lo irrelevante, a la irrelevancia de lo que ya ha pasado y fenecido
y la falta de garantía por no sobrepasar la condición
de probabilidad. La inmovilidad contiene un pasado de revelación
y la constatación de lo ya acaecido y comprobado.
Es una condición que permite y solicita la existencia de
dogmas y de normas, fijas, determinadas y estables mientras
se encardinen en el aquí espacial y el ahora temporal.
La movilidad está condicionada por un fatalismo irrepara-
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