NOMADISMO Y €TOPIA - Academia Europea de Ciencias y Artes

JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA
cial y de relevancia política o económica, sino como un fenómeno
social central. Más característica que su visibilidad
externa es su status social que los eleva a la condición de derecho
ciudadano, tan universal e incontestable como cualquier
otro de los contenidos en la histórica tabla de derechos
del hombre.
Una de las transformaciones más profundas aportadas
por la movilidad, ha sido la democratización del tiempo y
del espacio por la que tanto uno como otro pasan a constituir
un bien de consumo individual en lugar de un bien colectivo
y un derecho personal en lugar de una definición social.
Consiguientemente el tiempo y el espacio han dejado de
estar determinados por reglas para ser normativizados mediante
preferencias personales. Tanto el deporte como el turismo
moderno, los flujos migratorios, el asalto a las metrópolis
y la dispersión suburbial serían inin teligibles sin esta
democratización.
Es un error considerar el tiempo libre como un efectivo
al alcance de los hombres en toda la historia. Todavía en el
siglo XVIII el ilustrado Gaspar de Jovellanos dividía la sociedad
contemporánea en dos «unicos» segmentos, el de los
que vivian de su trabajo diario(el pueblo que trabaja) y el
de los que vivian de sus fondos y rentas familiares(el que
huelga). Lo que olvida que éste, como condición social democratizada,
es una de las conquistas más recientes de la
historia. Mientras la esclavitud o la servidumbre de gleba
constituían la condición general de la población, no existía
para ella el concepto de tiempo libre. Trabajasen o no, los
siervos y esclavos no disponían de tiempo libre en sentido
propio. Las veinticuatro horas de su día pertenecían al señor.
Para que se pudiera hablar de tiempo libre (fuera del
marco de las sociedades primitivas) fue necesaria la llegada
de la sociedad industrial con su contrato laboral, merced al
cual, el tiempo constreñido y la pérdida de libertad consi-
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