NOMADISMO Y €TOPIA - Academia Europea de Ciencias y Artes

JOSÉ IGNACIO RUIZ OLABUÉNAGA
con la privacidad, está el problema de la seguridad y certificación
en el comercio electrónico.
Otro punto es el de los potenciales problemas de salud,
ni confirmados ni desmentidos científicamente, de la radiación
existente en el €topos, en general y de las antenas celulares
y de los terminales en el oído, muy en particular. La
población, sólo se preocupa de la segunda radiación (teléfonos,
móviles), porque los medios de comunicación, no le
han hablado de la primera (radiación radioeléctrica). No es
un tema científicamente resuelto, pero sí es un tema socialmente
relevante por cuanto una parte importante de la sociedad
no desea antenas cerca de sus domicilios y tiene miedo
a la radiación. Sin embargo, no tiene miedo, al parecer,
al uso prolongado del teléfono móvil junto al cerebro y desconoce
que el microondas sea un productor de ondas de
bastante más potencia que los teléfonos móviles. Ni debemos
caer en la ingenuidad de los pronosticadores y anunciadores
de desastres y catástrofes, ni de los que, porque las
autopistas sean buenas, creen que se puede ir a velocidades
que no controla el cerebro humano. Pero, en todo caso, sí
conviene destacar la notable incongruencia de la especie
humana que quiere móviles y no quiere antenas, algo así
como gustar churrascos y no querer matar animales.
Resultan preocupantes los fallos de la red: caídas, cortes...
En los inicios del siglo XIX eran muy comunes las caídas de la
red eléctrica. Lo han sido hasta bien entrados el siglo XX. Recuérdese
el fenomenal apagón de Nueva York el 13 de julio de
1977. Ahora le toca el turno a la red y a los ordenadores, dos
potentes tecnologías cuya debilidad corre pareja a su complejidad
yasujuventud. Mirando el problema de los fallos con
perspectiva histórica, es necesario comprender que aún son
tecnologías poco maduras. Por tanto, conviene considerarlas
como tales, y defenderse de forma eficaz contra los fallos.
Lo efímero o la caducidad de las tecnologías es otra aporía
que contrasta con su ubicuidad y brillo. Es aplicable tan-
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