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Según Hollstein, las figuras de Cristo y San Pablo estarían presentes desde el principio.<br />
En el primer estado, sin inscripciones ni numeración; en el segundo, con inscripción<br />
latina al pie, pero sin numeración alguna. <strong>El</strong>lo hace pensar que la serie completa<br />
fuera concebida en origen con Cristo y San Pablo. Probablemente, el orden fuera el siguiente:<br />
Cristo abriría y presidiría la serie; tras él, San Pedro, como su sucesor y cabeza<br />
de la Iglesia; a continuación, el resto de los Doce. Por último, la cerraría San Pablo, considerado<br />
el primero que predicó entre los no judíos, los paganos. <strong>El</strong> tercer estado pudo<br />
deberse entonces al deseo de establecer un nuevo orden de lectura: Cristo preside la<br />
serie desde el centro de la misma situándose a ambos lados sus elegidos; una disposición<br />
que comparten los Apostolados del <strong>Greco</strong>.<br />
La inscripción que acompaña a Cristo es el pasaje de Mc.16, 15-18, la base de la acción<br />
apostólica: “Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda criatura…” Las palabras<br />
que siguen a la figura de Pablo se extraen de su Carta a los Filipenses (Fil. 1,<br />
21): “Pues para mi la vida es Cristo, y la muerte ganancia”. Con la elección de estos<br />
dos fragmentos se ponen de manifiesto dos de los pilares de la Iglesia Católica: la unidad<br />
en Cristo y la acción de proselitismo y prpagación misionera.<br />
En un periodo como el de la Contrarreforma en el que se está rescatando el espíritu<br />
de la Iglesia primitiva, en el que se lucha fervientemente contra la heterodoxia y en el<br />
que tanta importancia tienen la misión –a nivel universal– y la acción pastoral –en ámbito–,<br />
esta serie apela al mandato de Cristo de llevar su palabra a los confines de la Tierra;<br />
y a la figura de San Pablo, primer misionero universal y primero en afirmar la unidad<br />
de la Iglesia en Cristo frente a la dispersión.<br />
<strong>El</strong> <strong>Greco</strong> captará la esencia formal de la serie de Goltzius: situándolos a ambos lados<br />
de Cristo, representa a cada uno de los Apóstoles por separado mediante una composición<br />
sencilla, pero tremendamente expresiva, en la que todos los elementos dialogan<br />
entre sí y con la totalidad. Esa interrelación es la que rige la serie del <strong>Greco</strong>. Ahora<br />
bien, es preciso recalcar que el resultado es completamente distinto. Por ello, el pintor<br />
cretense muestra una magnífica capacidad de asimilación ante una elección compositiva<br />
tan personal y genuina como la de Hendrik Goltzius, así como una extraordinaria<br />
creatividad a la hora de aportar una nueva imagen apostólica.<br />
Los Apóstoles representados por Goltzius son los doce elegidos por Jesucristo, salvo<br />
Judas Iscariote. Éste es sustituido aquí por San Matías, al igual que lo fuera entonces<br />
tras su muerte (Hch. 1, 15-26). Cada uno, incluido San Pablo, figura de medio cuerpo y<br />
sedente. En plena naturaleza, únicamente lo acompañan un libro y el atributo personal<br />
que lo identifica: San Pedro junto a las dos llaves, Santiago el Mayor ataviado como<br />
peregrino, San Juan Evangelista sosteniendo una copa y los demás con los símbolos<br />
de su martirio.<br />
San Pedro, San Andrés, San Felipe, Santo Tomás y San Pablo son los Apóstoles que<br />
comparten con los de la Casa del <strong>Greco</strong> idénticos símbolos. La copa que sostiene el<br />
San Juan de Goltzius carece del dragoncillo que acompaña al cáliz del <strong>Greco</strong>, y Santiago<br />
el Mayor, además de por su bastón, está identificado mediante una clara simbología<br />
ausente en el apóstol del pintor cretense. Si bien San Matías no tiene cabida en<br />
la serie toledana, aquí se presenta como uno más entre los Apóstoles.<br />
Tras enviarlos a predicar, nos cuenta San Marcos (16, 19) que Cristo “fue arrebatado<br />
al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. Efectivamente, Goltzius nos presenta al Sal-<br />
San Simón. Hendrik Goltzius, ca. 1589. BNE, Madrid.