Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
70<br />
paña como Obispo de Toledo 41 ” y San Pablo en el año 69, posiblemente en compañía<br />
de Filemón y Timoteo, probablemente para conocer el lugar designado por Santiago<br />
para la primacía “…pues todo corría por quenta de todos y era una mesma causa…”<br />
Pero, además, la toledana poseía otros vínculos especiales con los apóstoles, institutores<br />
del oficio que la distinguía frente a todas las demás: el mozárabe, que era en realidad<br />
el oficio de la misa instituído por Santiago el Menor,<br />
“San Clemente Romano, en las constituciones Apóstolicas dize, que traxo<br />
Santiago a España el Cathecismo de los Apóstoles, y la Missa q[ue] havía ordenado<br />
Santiago el menor. Otros dizen que la Missa era la de San pedro y<br />
q[ue] la compuso delante de los Apóstoles, y la escrivió San Clemente, por<br />
lo qual se tuvo por suya. Lo primero se tiene por más cierto. También lo es,<br />
q[ue] se celebra oy en Toledo con esta Missa en muchas yglesias. Es el oficio<br />
muy devoto, y el primero por donde se rezò y celebrò en España y esta<br />
provincia la primera de el Poniente q[ue] le recibio” 42 .<br />
La fuente aquí mencionada por Salazar de Mendoza son las llamadas Constituciones<br />
de los Apóstoles. <strong>El</strong> <strong>Greco</strong> poseía un ejemplar de esta obra, en griego, que fue inventaríado<br />
en su biblioteca tras su fallecimiento 43 .<br />
Fue también la toledana la primera iglesia “del mundo” que cantó el Símbolo de los<br />
Apóstoles, según atestiguaba Luitprando en el siglo X. En la Iglesia posterior a Trento el<br />
Credo –o Símbolo de los Apóstoles– había cobrado nueva fuerza como expresión de las<br />
principales verdades del catolicismo; la misma función que había cumplido en tiempos<br />
de los Apóstoles, supuestos autores colectivos de la oración. En la Edad Moderna ésto<br />
dio lugar a la asociación de la imagen de los apóstoles con los distintos versículos del<br />
Credo en la parte inferior, como comentamos al hablar de varias series de estampas. Salazar<br />
se refiere al Símbolo de los Apóstoles aunque también detalla los añadidos del llamado<br />
Símbolo niceno-constantinopolitano relativos a la creación por Dios de lo visible e<br />
invisible, la naturaleza de Padre, Hijo y Espíritu en respuesta, respectivamente, a Maniqueo,<br />
Arrio y Macedonio.<br />
La difusión en Toledo de este Símbolo de los Apóstoles la atestiguaban copias de antiguos<br />
documentos que poseían Francisco Portocarrero –autor de la historia de San Ildefonso<br />
que citamos anteriormente– y el Dr. Luis de San Loriente, racionero de Sevilla.<br />
Ambas eran copias de los originales supuestamente llevados por Luitprando en su marcha<br />
a Italia y existentes en tiempo de Salazar en el monasterio alemán de Fulda (OSB) 44 .<br />
Y, especialmente, nuestro autor destaca como otro hecho característico de la sede<br />
toledana, sólo compartido con Roma ni más ni menos, la existencia ininterrumpida de<br />
prelados. Salazar demuestra particular énfasis en desmentir a aquéllos autores que afirmaban<br />
que no hubo prelados en Toledo desde 956 hasta 1085; los hubo, pero no se<br />
halló catálogo o dyphtera de los mismos 45 .<br />
Ni que decir tiene que todo ello convertía a los obispos de Toledo en los sucesores<br />
de los Apóstoles por antonomasia: de ellos habían recibido su gran privilegio –la Prima-