Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

aspectos. Llamaba nuestra atención que tal reducto de dolor nunca
disminuía su tamaño. Al contrario, día tras día, contabilizábamos un
número creciente. Procurando analizar la problemática por todos sus
ángulos, verificamos que en el lugar, incrustado en un espacio de difícil
acceso, existía una especie de “escuela” –si ese es el nombre que se puede
utilizar– cuyos integrantes se especializaban en inducción al suicidio:
técnicas, recursos y equipamientos sofisticados eran usados para que
encarnados cometiesen suicidio.
Entonces, el suicida era conducido a la institución y, bajo tortura,
el alma sufridora suministraba elementos mentales que servían de alimento
para mantener diferentes desarmonías que conducen al hombre a la
desesperación.
Fuimos sorprendidos por la existencia de tal organización, y nos
asombramos ante el hecho de cómo la alienación, asociada a la maldad,
puede desestructurar al ser humano.
Después de conocer los detalles, fue definido un plan de trabajo,
luego que un mensajero procedente de una elevada región vino hasta
nosotros.
Durante algún tiempo luchamos para ser preparados
adecuadamente, incluso aprendiendo a liberar vibraciones más sublimadas,
a fin de suministrar la materia mental y sentimientos puros que pudiesen
erguir un campo de fuerza energético alrededor de la caverna.
Almas dedicadas estuvieron con nosotros permanentemente,
instruyéndonos, fortificándonos y revelándonos la excelsitud del amor.
Sin embargo, era preciso hacer algo más. Deshacer la organización no
representaría, en principio, mayores problemas; el desafío sería convencer
a los instructores de no continuar haciendo aquel tipo de maldades. Varias
tentativas fueron realizadas, en ese sentido. Orientadores esclarecidos de
la Vida Mayor fueron rechazados y hasta ridiculizados. Nada
conseguíamos con los dirigentes de aquella institución, volcada a la
práctica del suicidio.
Pero, la victoria llegó, gloriosa, al final de la tarde del domingo
último,* cuando siendo invitados a participar en la clausura del Congreso,
(*) Domingo, 18 de abril de 2010: día de la Clausura del III Congreso Espírita Brasileño,
Cuando todos los presentes cantaban, emocionados, la música por la paz.
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