Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

educacional, de modo que el ciudadano alcance el grado de civismo que
le está destinado.
No obstante, el amor jamás podrá transformarse en connivencia,
en actitud de anuencia con el error, con el irrespeto moral de las demás
personas. Demostrar al infante los límites que deben servir de frontera
entre sus derechos y los de los demás, es un deber impostergable que
compete al educador.
Una sociedad justa, modelada en las enseñanzas de Jesús, cuida
de la infancia que dará continuidad a las conquistas promotoras de la
felicidad, así como del anciano, de los enfermos, de los desvalidos…
Observa bien a ese niño que juega ingenuamente a tu lado y te
sonríe, sin tener idea del significado de su existencia. Él espera,
inconscientemente, tu contribución responsable para vencer las
limitaciones y superar los impedimentos que le surgirán, en el curso del
tiempo, antes de alcanzar la vida adulta.
Quien ama, educa.
Quien educa, proporciona seguridad y alegría.
Quien educa, es feliz.
Por ello, proporciona a la infancia que te contempla y cuenta contigo
en el hogar, en la escuela, en la calle, en todo lugar, todo aquello que te
gustaría que te hubiesen proporcionado.
La infancia es el mañana de la sociedad que se presentará, conforme
haya sido educada.
(Comunicación psicográfica obtenida por el médium Divaldo Pereira
Franco, en la sesión mediúmnica de la noche del 28 de julio de 2010, en el
Centro Espírita “Camino de Redención”, en Salvador, Bahía, Brasil.)
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