Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

posiciones filosóficas o ideológicas ajenas, pero sin trepidar delante de
lo que sabemos y creemos en las líneas del bien, si aun cuando seamos
refutados por terceros.
En el ejercicio de esa caridad social, entenderemos las disposiciones
de los que piensan de manera diferente a nosotros, de los que asumen
vicios y desarreglos morales de diversos aspectos, pues se tratará de una
elección individual, del ejercicio del libre albedrío, aunque mal
direccionado, ante las leyes de Dios. Sin embargo, no nos corresponderá,
una vez asumida la posición moral espiritista, dejar de lado nuestras
convicciones y trabajos por temer las opiniones de opositores, condenados
e incluso perseguidos por parte de almas empequeñecidas por prejuicios,
que se dispusieron a convertir los mensajes del Cristo en campo de esgrima
o de duelos emocionales y verbales, considerando que el Celeste Amigo
estableció que sus discípulos serían reconocidos por el amor al que se
consagrasen, recíprocamente.
Con Allan Kardec, entendemos que la caridad se referirá siempre
a los movimientos internos del alma sedienta de encontrarse a sí misma,
dentro de los intereses de Jesús.
Así, entonces, la caridad puede actuar en los campos de la vida
íntima de cada uno, en los roles familiares, en el trabajo profesional y en
la acción religiosa; mas, puede más. Puede influir en los movimientos de
la política y de la economía, logrando disminuir bastante, cuando no
consiga deshacer completamente, los tormentosos conflictos del
peregrinaje de las almas por el orbe terreno, desde que sus agentes sean
formados con esa visión de que vale invertir en la ventura general, en el
progreso común, sin ambiciones particulares, lo cual redundará en armonía
y paz en el derrotero del progreso.
Vale la pena pensar en la caridad, no como simple propuesta para
atender tan sólo a las necesidades de los seres, mas, fundamentalmente,
como el empeño de cada uno en el sentido de identificarse más con
Jesucristo, la más elevada expresión de la caridad conocida en la Tierra,
la más lúcida movilización del amor entre los hombres.
(Mensaje psicografiado por el médium José Raúl Teixeira, el 30 de abril
de 2004, en la apertura de los trabajos de la Regional Sur, de la FEB, en la sede
de la antigua Federación del Estado de Río de Janeiro, en Niteroi, Brasil).
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