Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

Quisiéramos comentar con detalles esa gira llena de magia y de fervor; de
armonía y solidaridad; de valentía y fraternidad, pero preferimos ocupar el espacio
disponible, con un verso de la ilustre poetisa guatemalteca Angelina Acuña, en su
portentosa obra “Las Huellas Heráldicas del Hermano Pedro de San José de
Betancourt” (Artemis Edinter, 2002, Ciudad de Guatemala).
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os
serán dadas por añadidura”. Mateo 6:33.
El Santo Hermano Pedro
que transmutara inquieta lagartija
en relámpago vivo
de fúlgida esmeralda recamado;
el suave taumaturgo
que hizo de la limosna cotidiana
multiplicada ofrenda
y de su alforja el arca inagotable
que alumbró sus vigilias
de largas noches de ferviente ruego,
conuncabodevela,
ardiendo en agonía interminable;
pudo cambiar el rumbo
de su errante carencia franciscana
por la fuente de plata
donde el oro desgrana sus estrellas;
pudo ser un orfebre,
diamantista de regia pedrería;
pudo enjoyar su mundo
con tesoros de arcones fabulosos…
Pudo ser un magnate;
¡pudo cambiar a Dios por el dinero!
Pero el bendito Hermano
vio con desdén el boato alucinante
que el egoísmo mina,
queincansablecorroelaavaricia…
Y atesoró en el saco
de su indigencia, en santidad gozosa,
el caudal coruscante
de las virtudes que el amor troquela
en monedas auténticas
de gloria, beatitud y vida eterna.
GOZO DE LA POBREZA ILUMINADA
Amó el Hermano Pedro la pobreza
oscura del establo,
el frío del pesebre en que durmiera
la Majestad del Cielo
en los divinos ojos de Dios-niño;
prefirió las sandalias
deJesúsenlarutapolvorienta
de Belén al Calvario
y su heroica fatiga sin reposo,
sin techo, sin almohada.
FueunseguidordeCristoensupenuria;
lo midió tan humilde
el cartabón de su fervor cristiano
que poseer los bienes,
aquellos que el Señor nunca gozara,
para el Hermano Pedro
sería una infidencia imperdonable…
Avaricia encendida en llamas de oro
es raíz de congojas;
pues ¿de qué sirve conquistar el mundo
si ha de perderse el alma?
¡No de pan solamente vive el hombre!
Cae maná del cielo
cuando la fe levanta su mirada
y sustenta el espíritu
conunvasodeluzalpiedelalba.
Hermano Pedro: enséñanos tu senda
de mística pobreza,
de tu conformidad regocijada
que floreció en tesoros
de miríficos portentos
enelpalaciodetualma.”
242 ANUARIO ESPÍRITA