Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

Hasta fue filmado por un programa de televisión local. Con su
sueño realizado, Billy estaba tan contento, que vivió tres meses más allá
de la previsión de los médicos.
Una noche, la enfermera jefe llamó a toda la familia para que
acudiera al Hospital, porque Billy se estaba muriendo.
Ella recordó del paseo con los bomberos. Por eso, llamó al Cuartel
y preguntó si un bombero podría hacer una visita rápida al niño. Con
certeza, él se pondría feliz. El jefe de los bomberos le respondió:
–Nosotros podemos hacer mucho más que eso.
–Estaremos ahí en unos minutos. Cuando usted oiga las sirenas y
vea las luces de nuestros carros, avise por el sistema de sonido que no se
trata de un incendio. Es solo el Cuerpo de Bomberos yendo a visitar, una
vez más, a uno de sus más distinguidos integrantes. Y, por favor, abra la
ventana del cuarto de él.
Cinco minutos después, una Van y un camión con la escalera Magirus
llegaron al Hospital, extendieron la escalera hasta el piso donde estaba el
niño. Dieciséis bomberos subieron por la escalera y, con el permiso de la
madre, saludaron y abrazaron al mejor bombero de todo el Cuartel.
Billy sonrió con timidez y preguntó:
–¿Realmente soy un bombero?
Y, ante la afirmación sonriente del jefe de los bomberos, Billy cerró
sus ojos por última vez.
El Maestro de Nazaret enseñó: Si alguien te obliga a dar mil pasos,
ve con él otros dos mil. Y al que quiera quitarte la capa, ofrécele también
la túnica.
Reflexionemos al respecto y preguntémonos cómo hemos
respondido a los pedidos de nuestros amigos, hijos, parientes y de la
comunidad, en general.
¿Qué tal si comenzamos a poner en práctica, en nuestra vida, la
frase: “Puedo hacer más de lo que usted me pide”?
(Redacción de “Momento Espírita”, partiendo del artículo “El Hombre
de Buena Voluntad Siempre Hace Más” de Ary Brasil Marques, publicado en el
periódico “Correo Fraterno del ABC” de diciembre de 2010.)
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