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Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

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No terminó de hablar cuando se escucharon los pasos firmes en el<br />

corredor de acceso a la sala y, segundos después, fuertes golpes en la<br />

puerta. Todo sucede como Eurípedes lo describió: la puerta se abre, y allí<br />

está el ansioso hombre, con su angustioso relato:<br />

–“Doctor Eurípedes, Doctor, por favor, venga conmigo. Mi esposa<br />

está a punto de tener un niño, pero no consigue dar a luz. Precisamos<br />

mucho de su ayuda, por favor.<br />

Y Eurípedes, intentando calmar al hombre, le relata:<br />

–Vea, mi hermano, yo ya estuve allá y la ayudé en el parto de su<br />

hijo. Es un lindo y saludable niño. Puede regresar para su casa…”<br />

No creyendo en las palabras del profesor, el hombre juzga que<br />

Eurípedes está intentando evadirlo, usando cualquier disculpa.<br />

Entonces, el hombre responde:<br />

–Doctor, eso es imposible. Si usted hubiese ido, nosotros nos<br />

hubiéramos cruzado en el camino, porque sólo hay una carretera para ir y<br />

venir.Ustednopasóporella.<br />

–No se preocupe, mi buen hombre… Regrese a su casa y atienda a<br />

su esposa.<br />

–No, mi señor… Yo no salgo de aquí sin su compañía –respondió<br />

taxativamente, el pobre hombre afligido.<br />

Entonces, como Eurípedes era una persona mansa y comprensiva,<br />

después de despedir a los alumnos que todo lo presenciaron en silencio,<br />

se dejó conducir por el visitante para acudir junto a su esposa.<br />

Llegando al lugar, he ahí que la mujer los recibe con el niño en los<br />

brazos, diciendo, agradecida:<br />

–Bueno, Doctor Eurípedes, no necesitaba haber vuelto tan deprisa<br />

para vernos. Estoy muy bien, gracias a Dios y al señor. A fin de cuentas,<br />

no hace ni una hora que usted me salvó de una dificultad. No era necesario<br />

que se diese el trabajo de venir aquí de nuevo. Seguramente, usted tiene<br />

tantas ocupaciones…<br />

Y al lado del profesor, estaba el marido con la boca abierta, sin<br />

entender nada de lo que había sucedido, pero profundamente agradecido<br />

por el favor recibido de Eurípedes Barsanulfo.<br />

Otras veces, era Eurípedes quien relataba a sus alumnos con meses<br />

40<br />

ANUARIO ESPÍRITA

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