Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

aquellos dirigentes presenciaron la luminosidad del amor. Consiguiendo,
finalmente, ver el significado de la vida, su importancia y fundamentos.
Fueron momentos de gran emoción que nos envolvieron a todos
nosotros, cuando un triángulo de luz descendió sobre los encarnados y
desencarnados en el instante exacto en que todos, en ambos planos de la
vida, se dieron las manos y cantaron la música en pro de la paz.
El halo de luz se alargó, creció, envolviéndonos a todos. La fuerza
del amor se vertió plenamente y, en una sublime explosión, rompió el
aire, circuló sobre la cabeza de todos, esparciéndose como una poderosa
ola más allá del recinto, alcanzando la ciudad.
Brasilia resplandeció de luz, en el aire, en el suelo, en las aguas.
Ante nuestra visión estupefacta y maravillada, parecía que una nueva
estrella estaba surgiendo. Los seres de la Creación, vegetales, animales y
homínidos, los elementos inertes, rocas y minerales; las construcciones
humanas, predios, edificios, avenidas, bancos, locales públicos y privados,
residencias, todo, en fin, fue bañado por la luz pura y cristalina que
emanaba de lo Alto.
Con celeridad, la bella luminosidad se esparció del corazón de la
Patria hacia todos los rincones de Brasil, de las Américas, de Europa,
África, más allá, en el Extremo y Medio Oriente, alcanzando a todos los
continentes, países y ciudades, llegando hasta los polos del Planeta, giró
haciendo una danza sublime, por unos minutos, prolongándose en
dirección al Infinito…
Era que Jesús se había aproximado al Planeta, en una brevísima
visita de luz, amor y compasión…
¡Jamás presencié tanta belleza y tanta paz!
Con afecto.
(Mensaje psicográfico recibido por la médium Marta Antunes de Moura,
en la Federación Espírita Brasileña, en Brasilia, el día 22 de abril de 2010,
transcripto de “Reformador”, Nº 2177, de agosto de 2010, páginas 8 y 9.)
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