Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

mucho trabajar en todas las áreas de la Estación de Cipó, el niño buscó a
su madre y le entregó todo el monto, diciendo:
–“Guárdelo, Mamá, para el día en que usted no tenga pan en casa”.
Doña Meca lo abrazó y por el esfuerzo en el Bien y su consideración
hacia las dificultades de todos, rociando su faz con las lágrimas de emoción
de su corazón materno, conmovido no por el valor de la donación filial
sino, sobre todo, por la demostración de renuncia y desprendimiento que
observaba en aquel niño. Todo eso ocurría en el año de 1885.
Eurípedes se caracterizaba por el deseo de aprender y por el
aprovechamiento de cada lección que recibía. Fuese de la escuela pública,
fuese de la boca de su progenitor que le enseñaba Aritmética y Lengua
Portuguesa, o de algún extraño que le dedicase algunas palabras de
esclarecimiento, el joven jamás perdía el tiempo con las tonterías
embrutecedoras. Aunque fuese un niño vivaz, que se divertía de manera
sana como cualquier otro, su curiosidad e interés los vertía en todo lo que
se proponía aprender.
Eso permitió que el joven se volviese un excelente alumno en todas
las escuelas donde anduvo, destacándose su aprovechamiento en el Colegio
Miranda, en el cual se preparó con brillantez para el curso superior que
tanto anhelaba.Al finalizar el año lectivo de 1901, el Sr. Mogico fue llamado
a la escuela, para mantener una conversación sobre el destino de su hijo.
Al enfatizar las cualidades excepcionales de Eurípedes, como
alumno ejemplar, el director del colegio – el propio Profesor Miranda –
explica al progenitor:
–“No tenemos nada más que enseñar a Eurípedes. Él ya aprendió
todo lo que nuestro colegio puede ofrecer.”
En los relatos de su biógrafa, Corina Novelino, encontramos la
confirmación de su alma impoluta y misionera, capacitada para superar
todos los obstáculos, comenzando por los que nacían de su propio querer.
“Por otro lado, aquel año marcaba, acontecimientos importantes.
El primero se relacionaba con la familia de Mogico. El 17 de agosto,
nacía Eulice Diltan, novena hija del matrimonio.
La ciudad conmemoraba festivamente la instalación de la Comarca
de Sacramento, que hasta entonces había estado bajo la administración
de la Comarca de Uberaba.
El excelente funcionario “Mogico” veía coronar su esfuerzo
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