Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

EL HOMBRE DE
BUENA VOLUNTAD
La joven madre se aproximó al lecho de su hijito. Ella quería tanto
que su hijo creciese y concretase sus sueños. No obstante, la leucemia lo
estaba matando.
Recordó que, un día, su hijo le dijo que quería ser bombero, cuando
fuera adulto.
Ella fue al Cuerpo de Bomberos local, en la ciudad de Phoenix,
Arizona, y le explicó la situación de su hijo a un bombero de enorme
corazón, llamado Bob.
–¿Sería posible –preguntó– que mi hijo de seis años diese una
vuelta en el carro de los bomberos, alrededor de la manzana?
–Nosotros podemos hacer mucho más –respondió Bob–. Si usted
tuviese a su hijo listo a las siete de la mañana, el próximo miércoles,
nosotros haremos de él un Bombero de Honor por todo el día. Él podrá
venir al Cuartel, comer con nosotros, salir para atender a las llamadas de
incendio.
–Si usted nos proporciona sus medidas, conseguiremos un uniforme
verdadero, con casco, con el emblema de nuestro batallón, un chaquetón
amarillo, igual al que vestimos y botas.
Tres días después, el bombero Bob buscó al niño Billy. Lo vistió
con el uniforme de bombero y lo escoltó del lecho del hospital hasta el
camión de bomberos. Billy permaneció sentado en la parte de atrás del
camión y fue llevado al Cuartel Central.
Estaba muy, muy feliz. Acompañó a los bomberos durante las tres
llamadas de emergencia que ocurrieron ese día y salió en el camión tanque,
en la camioneta Van de los paramédicos y en el carro especial del jefe del
Cuerpo Bomberos.
ANUARIO ESPÍRITA 171