Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

mentano, donde, en la expresión del arte poético y teatral, demostró gran
capacidad intelectual. Actuó en varias piezas, principalmente con orientación
cristiana, anticipando sus preocupaciones con la implantación de
nuevos rumbos para la Humanidad.
Participó también, en torno a los diecisiete años, en celebraciones
que se realizaban en el Colegio Nuestra Señora del Patrocinio, donde
declamaba versos bellísimos. Del contacto con la familia Gomes, que
vivió un cierto tiempo en Sacramento, y se hospedó en el Colegio, siendo
sus miembros los responsables por las fiestas, Eurípedes creó lazos de
amistad. Uno de sus miembros, Ormenio, era estudioso de la Homeopatía,
y tenía varios libros relacionados con este tema, se los cedió para que
Eurípedes los estudiase. El deseo de curar a la madre lo hizo “devorar”
los volúmenes. De ahí surge la primera gran obra a los necesitados, pues,
con recursos propios, abre una pequeña farmacia homeopática, atendiendo
a muchos pacientes, incluso comenzó a salir todas las mañanas muy
temprano para visitar los lugares más apartados, dando atención cariñosa
a los que la necesitaban. Por la tarde, ayudaba a su padre en la casa
comercial y estudiaba los textos.
Con la asistencia paterna, se preparó para ir a estudiar a Río de
Janeiro, donde intentaba cursar estudios en la Escuela de Medicina. Desde
mucho antes, estudiaba libros y más libros (del Dr. Onofre Ribeiro) para
intentar una manera de curar a su madrecita (Doña Meca) de la enfermedad
que la acosaba. En la víspera del viaje a Río, estando lleno de entusiasmo,
la madre sufrió una de aquellas crisis, que mucho preocupaban a la familia,
y Eurípedes entendió que ella era debida a la tristeza de la separación,
pues la madre no resistía choques emocionales. Cuando la madre mejoró,
encontró la maleta vacía, y Eurípedes nunca más se planteó estudiar en
Río de Janeiro.
Comenzaba su fase autodidacta. Se entregó al estudio de buenos
libros, colocándose, poco a poco, en un plano avanzado para la época en
el campo del Magisterio, del Periodismo, de la Oratoria y de las Artes.
Así, en enero de 1902, con la iniciativa de Eurípedes, se funda el
Liceo Sacramentano. Él invitó a las personas más capacitadas de la época
en la ciudad, para que se asociasen a la entidad, formando un equipo
competente de profesores.
Demostraba el joven, ahora con veintidós años de edad, ser ya un
maestro nato y abnegado, siendo ya profundamente estimado por los
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