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Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

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lágrimas, y creo, realmente, que en aquel instante haya pasado por mí un<br />

ángel…”<br />

3 – De acuerdo con el pequeño curso de Espiritualidad de André<br />

Luiz.<br />

3.1 – Pág. 31: “Y por hablar de música de cámara, recuerdo que al<br />

comienzo de mi carrera, toqué con un violoncelista que no tenía ninguna<br />

fama de humildad. El recital me pareció que había transcurrido muy bien,<br />

y esperé, al final, una palabra de estímulo de aquel caballero veinte años<br />

mayor que yo. Al no suceder nada, resolví preguntarle, muy tímidamente,<br />

si pensaba que yo lo había hecho bien. Él me respondió de manera<br />

absolutamente negligente: ‘¡Sí, sí, usted no me perturbó en nada!’<br />

Entonces, aprendí que existen preguntas indiscretas que jamás debemos<br />

formular.”<br />

A nuestra manera de ver, el siguiente fragmento de André Luiz,<br />

que se encuentra en el Capítulo IX – “En las conversaciones” – de “Agenda<br />

Cristiana”, recibido por el médium Francisco Cândido Xavier, en 1947,<br />

guarda estrecha relación con lo expresado por nuestra Autora: “No haga<br />

preguntas sin sentido. Quien mucho interroga, mucho hiere.”<br />

4 – Hija de España y, posteriormente, de Francia, reencarnada en<br />

Brasil:<br />

4.1 – Pág. 36: “Fue Boucherit quien me presentó, en España, a las<br />

Sociedades Filarmónicas, a donde, consecuentemente, volví todos los<br />

años. Encontré un público extraordinario y un país seductor, donde me<br />

sentía en casa.<br />

4.2 – Págs. 156 – 157: “Cuando regresé a París, después de la<br />

guerra, uno de los primeros lugares que deseé volver a ver de inmediato,<br />

fue la Plaza Vendome.<br />

Era mediodía, el sol brillaba haciendo resplandecer todas las<br />

vidrieras.<br />

Me invadió una emoción tan grande, ante la armonía que se<br />

irradiaba de toda esa plaza, que me puse a hablar en voz alta, yo sola: Y<br />

no paraba de decir: ‘¡Dios mío, qué bello es todo esto!’, y repetía: ‘¡Dios<br />

mío, qué bello es todo esto!’<br />

Sin duda, los que pasaban me tomaron por loca.<br />

Uno de los aspectos perturbadores de París –al menos para mí– es<br />

ANUARIO ESPÍRITA 201

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