Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!
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sabias, y en las luminosas parábolas de Jesús. Lo que más lo intrigaba era<br />
el discurso contenido en el Sermón de la Montaña, que no conseguía<br />
comprender en su profundidad, aumentando sus dudas.<br />
Fue en esa época cuando su casa fue agraciada con la visita de un<br />
tío querido, de nombre Mariano Cunha, espírita, que siempre que pasaba<br />
por Sacramento, se hospedaba en la casa de la madre de Eurípedes, hermana<br />
de aquel. Entonces, Eurípedes pedía que su madre instalase al huésped<br />
en su cuarto particular para que, a lo largo de la noche y de la madrugada,<br />
intentase disuadir al tío de realizar tales prácticas, polemizando y<br />
discutiendo sobre ese equívoco. Y tales conversaciones duraban toda la<br />
noche, tío y sobrino polemizando fraternalmente sobre los temas que cada<br />
uno defendía con ardor.<br />
Eurípedes, ya bien formado por el estudio constante, señor de<br />
envidiable cultura, adquirida en la lectura diaria, presentaba argumentos<br />
brillantes. Del otro lado, el tío, hombre sencillo del campo, poco instruido<br />
en los conceptos de la Doctrina <strong>Espírita</strong>, acababa, muchas veces, en<br />
silencio, por faltarle argumentos para estar a la altura de Eurípedes. Sin<br />
embargo, en el año de 1903, cuando el tío regresó por la noche, como de<br />
costumbre, después de los efusivos saludos entre los que mucho se querían,<br />
Eurípedes volvió a la carga.<br />
–Y, entonces, tío Sinhó, ¿continúan las sesiones?<br />
–Nada cambió. Más bien, el trabajo crece porque el dolor aumenta<br />
cada día.<br />
El tío parecía extrañamente envuelto por un poder de persuasión.<br />
Las embestidas del sobrino no surtían el mismo efecto de antes. Él no<br />
contra argumentaba. ¿Para qué? Cambió su abordaje, bajo la inspiración<br />
de los Espíritus Superiores.<br />
Aquella noche, Eurípedes se esforzaba, más que de costumbre,<br />
pero cuando terminó toda la defensa de sus tesis, tío Sinhó retiró del<br />
bolsillo de su chaqueta un libro que le había traído como regalo,<br />
poniéndolo en las manos de su sobrino, diciéndole:<br />
–Todo lo que yo no le puedo explicar a usted, este libro lo va a<br />
hacer, en parte, por mí.<br />
Terminaron la conversación y, mientras Mariano se recostó para<br />
dar descanso al cuerpo agotado, Eurípedes comienza a leer la obra<br />
magistral del filósofo espírita León Denis – “Después de la Muerte”.<br />
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ANUARIO ESPÍRITA