03.06.2013 Views

Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

acrisolado y fiel. Pero, en las recapitulaciones peligrosas, tal propósito<br />

fallaba siempre; maculando los santuarios, traicionando los deberes santos,<br />

olvidando así los compromisos sagrados y saliendo nuevamente del mundo<br />

como criminal cruel. Pólux consideró los errores del pasado execrable y,<br />

oprimido por las angustias de la conciencia, comenzó a llorar.<br />

¿Dónde estaba Alcione que parecía ajena a sus desventuras?<br />

Muchos años habían transcurrido sobre sus peregrinaciones, como espíritu<br />

desolado, entre ásperos remordimientos, y nunca obtuvo la dicha de besarle<br />

las manos cariñosas y benefactoras. Algunas veces, recibía sus mensajes<br />

de incitación y consuelo sagrado; no obstante, no conseguía saciar la<br />

torturante nostalgia, ni evitar su propio desaliento de espíritu caído en el<br />

desfiladero de las amarguras más crueles.<br />

En las conversaciones con sus amigos, Pólux encontraba siempre<br />

poderosos argumentos para convencer a los más rebeldes o consolar a los<br />

más tristes. Sus vastas reservas de conocimiento le proporcionaban<br />

recursos espirituales que los demás no poseían.<br />

Y con todo eso, en aquella hora de su eternidad, se sentía<br />

profundamente sólo y desdichado.<br />

Bajo el yugo de atroces recuerdos, sintiendo que el instante de<br />

retorno al orbe terráqueo estaba próximo, procuró el refugio gratificante<br />

de la oración y murmuró en tono muy bajo, con los ojos erguidos hacia lo<br />

alto:<br />

–¡Jesús, Maestro querido y generoso, concededle fuerzas a mi<br />

corazón enfermo y perverso…! ¡Dignaos cerrar los ojos ante mis<br />

fragilidades y ved, Señor, cuánto sufro…! ¡Fortaleced mi voluntad<br />

vacilante y, si fuese posible, mi Salvador, dadme la gracia de oír a Alcione,<br />

antes de partir…!<br />

Pero, ante esa evocación directa de la bien amada, el llanto embargó<br />

su conmovedora y dolorosa oración. En actitud humilde, bajó los ojos<br />

nublados de lágrimas y sollozó, discretamente, como si estuviese<br />

avergonzado de su propio dolor.<br />

En ese instante, la amorosa entidad que lo asistía pareció orar<br />

intensamente, haciendo un notable esfuerzo para hacerse visible ante él.<br />

Gradualmente, se extinguieron los rayos de luz que la envolvían en reflejos<br />

divinos. La sombra del paisaje la rodeó completamente, y una joven de<br />

singular belleza tocó al penitente en los hombros, en un gesto de<br />

encantadora ternura.<br />

ANUARIO ESPÍRITA 93

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!