Anuario Espírita 2011 - ¡Bienvenido a Mensaje Fraternal!

mundo, qué debo haber hecho para merecer este mundo, porque Dios no
puede equivocarse. Las leyes son perfectas, si nuestro razonamiento
espiritista fuese una base firme, hasta el punto en que luchásemos con
fuerza para lograr cambiar este mundo, a sabiendas de que Dios es la
Inteligencia Suprema del Universo.
¿En qué familia estoy ubicado hoy? Es una familia terrible, es una
familia maravillosa, es una familia culta, es una familia imbécil, débil…es
la familia que yo merezco: hay algo que yo tengo que aprender con ella,
aunque sean los comportamientos que no debo realizar, pero siempre
hay algo que yo tengo que brindar a mi familia, que tengo que ofrecerle a
ella. Por eso me puso allí…Esposos, esposas, de temperamentos
complejos. Yo necesito de esos contrastes para observarme a mí mismo:
en la paciencia, en la tolerancia, en el compañerismo, lo que sea. Yo
necesito tener esos ojos para observar que Dios, la Inteligencia Suprema
del Universo, me puso donde necesito estar y Dios siempre nos brinda lo
que es mejor para nuestra felicidad.
¡Cuántas veces hablamos de Dios sin sentir lo que estamos
hablando!, hablamos de Dios como de una costumbre cualquiera, pero
no sentimos esa presencia de Dios en nuestras existencias, en nuestros
hechos, en nuestra intimidad, pero el Espiritismo nos dijo sí, que Dios es
la Inteligencia Suprema del Universo, es la causa originaria de todas las
cosas. Nuestra certeza en Dios, nuestra creencia en Dios, debería hacernos
mejores personas, no mejores que los demás, mejores de lo que somos.
Entonces el Espiritismo nos trajo la información de que somos seres
preexistentes e inmortales. La preexistencia e inmortalidad del alma, uno
de los principios del Espiritismo, uno de sus postulados fundamentales,
nos brinda la felicidad de saber que una vez nacidos del amor de Dios,
jamás desapareceremos. Esta es una información importante, bellísima,
consoladora, pero, muy grave.
En este sentido, no desaparecemos con la muerte, una vez que
salimos del cuerpo físico, la realidad es que todas las construcciones
nuestras seguirán con nosotros, donde quiera que vayamos, llevaremos
con nosotros nuestras realizaciones, positivas o negativas. Entonces sería
importante para nosotros, los Espiritistas, que tenemos esa convicción
de que no morimos jamás, solamente desencarnamos, de que son de suprema
importancia todos los cometidos que yo llegue a realizar, de que
son importantes todos mis actos. Entonces, ¿cómo es que afirmando
creer que soy inmortal, desarrollo tantos odios alrededor de mí, realizo
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