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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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Le entregamos la cédula.<br />

-¡Todos los papeles! Lo que tengan en los bolsillos. ¡Detengan las bestias! -Tres soldados<br />

obe<strong>de</strong>cieron <strong>de</strong>teniendo a las bestias por las bridas. Los bolsillos en el aire como lenguas<br />

blancas sobre los pantalones. El hombre vestido <strong>de</strong> militar revisó con minucia nuestros<br />

papeles y nos volvió a mirar escrutándonos con dominio en su franqueza.<br />

-Ah, con que correos los jovencitos. Yo me cimbré cuando vi que Omar había entregado<br />

una carta, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sus papeles <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad. El teniente, luego supimos que era un<br />

teniente, nos hizo pasar a una especie <strong>de</strong> oficina gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong> cuadros en las<br />

pare<strong>de</strong>s; a la izquierda, sobre un escritorio, una máquina <strong>de</strong> escribir y sobre el mueble,<br />

montones <strong>de</strong> papeles. El teniente, alar<strong>de</strong>a, vivaces los ojos, al ventearse el rostro con la<br />

carta. Aires victoriosos.<br />

-Compradores <strong>de</strong> fincas... ¿y esta carta...? Acaso no conocen al sujeto que va dirigida...?<br />

Omar muy sincero respondió que no lo sabía, que un señor -el odontólogo- se la había<br />

dado para entregársela a otro señor cuando llegáramos al Puerto a ver la finca que nos<br />

interesaba para comprar. El teniente no pudo contener la carcajada. Sus dientes eran<br />

parejos, blancos y muy cuidados.<br />

-Voy a abrirla.<br />

Como un reflejo condicionado recordé la Constitución. Le dije que abrir y leer el<br />

contenido <strong>de</strong> una carta ajena, era una cuestión anticonstitucional. Cosas que uno podía<br />

<strong>de</strong>cir en la época. El teniente dudó, sí, dudó un instante, manteniendo en vilo la carta.<br />

Entonces yo seguí con mi ardorosa argumentación constitucional en cuanto a la libertad<br />

<strong>de</strong> comunicación, que <strong>de</strong>bía respetarse en un país que se ufanara <strong>de</strong> ser un país <strong>de</strong><br />

liberta<strong>de</strong>s públicas. En fin, recordé, las fibras íntimas <strong>de</strong>l recuerdo culposo, que en el<br />

bolsillo <strong>de</strong> la relojera, llevaba la cre<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l Comité Central <strong>de</strong>l partido.<br />

El teniente habla por radio con Neiva, me supongo, el puesto <strong>de</strong>be estar adscrito a esa<br />

brigada. Dice que por el puesto <strong>de</strong> Gaitania pasan dos sujetos <strong>de</strong>sconocidos <strong>de</strong> la ciudad,<br />

llevando una carta sospechosa y que ha tomado la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> abrirla para leer su<br />

contenido. Yo estoy haciendo una borona, no mental sino real con el papel <strong>de</strong> la<br />

cre<strong>de</strong>ncial. El teniente sigue en la conversación. Ya con el pequeño envoltorio <strong>de</strong> la<br />

cre<strong>de</strong>ncial, pongo mis <strong>de</strong>dos a apuntar para lanzar el papel lo más lejos posible y el papel<br />

cae sobre un botiquín que está sobre un estante que cuelga <strong>de</strong> la pared. Por la radio se<br />

escucha una voz <strong>de</strong> trueno, la voz <strong>de</strong> un superior que no or<strong>de</strong>na, grita: “Cabrón, abra la<br />

carta...Se le olvidó que está en una zona <strong>de</strong> guerra!!!”<br />

Felicidad <strong>de</strong> niño la <strong>de</strong>l teniente al abrir la carta; va leyendo el contenido sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

traslucir ningún tipo <strong>de</strong> emoción en su rostro.<br />

-Con que compradores <strong>de</strong> fincas...los muchachos...<br />

Omar con pali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> esperma, yo al trasluz con mi angustia porque la memoria se me<br />

remueve por segunda vez y recuerdo que en uno <strong>de</strong> los bolsillos <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong>l pantalón, llevo<br />

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