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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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militares, porque pensaba que esto era atentatorio contra la organización familiar estable.<br />

Luego diría, años <strong>de</strong>spués, que por su actitud crítica, los comunistas habían planeado un<br />

complot para asesinarlo. En ese momento, era más importante el ansia <strong>de</strong> un aciago<br />

caudillismo que la unidad <strong>de</strong>l movimiento. Los dos tuvieron un sagaz sentido <strong>de</strong> la<br />

oportunidad política, se percataron <strong>de</strong> que el camino <strong>de</strong> más éxito, por las circunstancias<br />

difíciles y complejas, sería la alianza inmediata con los liberales. “Oportunistas <strong>de</strong> bajo<br />

calibre. Se fueron por los lados <strong>de</strong>l Valle y echaron rejo a unas 200 reses y las repartieron<br />

entre pocos, a su personal le pagaron una especie <strong>de</strong> salario por acompañarlos. Se<br />

enriquecieron rápidamente”. El <strong>de</strong>spojo con fines lucrativos individuales en la guerra<br />

produce inmensas ganancias y <strong>de</strong>spierta apetitos que sólo se apagan con los bolsillos llenos<br />

y una influencia sobre la población a muchos kilómetros <strong>de</strong> distancia. “Se voltearon en<br />

mala hora contra el comando <strong>de</strong> El Davis y eso resultó fatal, trajo repercusiones sumamente<br />

negativas, muy malas... El Mariachi y el Arboleda me escribieron insinuándome que hiciera<br />

lo mismo que ellos, insistiendo para que volviera al lado <strong>de</strong> los liberales. Les contesté<br />

fraternalmente, que yo no era <strong>de</strong> esa condición humana, que tenía otra concepción y otra<br />

formación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> temprana edad, que pensaba en cosas más avanzadas que ser un traidor y<br />

un miserable revanchista. Que no podía ocupar el puesto que me ofrecían en una supuesta<br />

revolución liberal, como ellos pretendían ocuparlo, apareciendo ahora ante la opinión<br />

pública como héroes y hombres tan sacrificados por una causa, para culminar en el más<br />

triste <strong>de</strong> los papeles que pueda llegar asumir un hombre <strong>de</strong> tropa, como es el <strong>de</strong> combatir a<br />

sus propios hombres, a sus compañeros <strong>de</strong> lucha...”.<br />

Por su experiencia acumulada en innumerables avatares, Manuel Marulanda comprendió la<br />

imperiosa necesidad <strong>de</strong> contar siempre bajo su mando con un grupo elite <strong>de</strong> combatientes<br />

que él mismo se había encargado <strong>de</strong> seleccionar, preparar y vigilar como maestro; un grupo<br />

<strong>de</strong> mutua confianza, unidos en sus virtu<strong>de</strong>s y en sus <strong>de</strong>fectos, con un formidable <strong>de</strong>spliegue<br />

físico y un profundo accionar disciplinario, que respondieran a circunstancias críticas y que<br />

en un momento dado asumieran sin temor funciones <strong>de</strong> comandancia. Un sentimiento muy<br />

suyo, <strong>de</strong> raigambre en la visión militar <strong>de</strong> alguien que piensa y funciona en el quehacer <strong>de</strong>l<br />

oficio <strong>de</strong> guerrero. “Voy a <strong>de</strong>cirle, aunque no soy creyente, se había creado con<br />

anterioridad un grupo que se conocía como la fuerza especial, la fuerza móvil, compuesta<br />

por comandantes <strong>de</strong> baja graduación, pero prácticamente comandantes; 25 hombres con la<br />

opción <strong>de</strong> anexarle 20 ó 30 hombres más cuando fuera necesario. Esa fuerza especial la<br />

componían Charro, mi persona, los Murcia, Jaime Guaracas, Antonio, Jesús Antonio mi<br />

hermano, el hermano <strong>de</strong> Charro. Un equipo <strong>de</strong> hombres, con mentalidad <strong>de</strong> comandantes<br />

que fue <strong>de</strong>cisivo en esa maraña compleja que vivíamos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Rojas<br />

Pinilla...”<br />

La <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Mariachi produce un enorme <strong>de</strong>sconcierto en el mando superior, ellos no<br />

creen que el enemigo está tramando veladamente una serie <strong>de</strong> planes; que están ganándose<br />

a otros comandantes. La autosuficiencia <strong>de</strong> quienes se creen infalibles. En El Davis hay<br />

poco personal armado; mucho están <strong>de</strong> comisiones, otros andan con permiso. “Cuando la<br />

situación había crecido a ese tamaño, en lo externo con huesos <strong>de</strong> gigante, en lo interno con<br />

ambiciones humanas, Martín Camargo y Pedro Vásquez plantean un proyecto para que lo<br />

discutiera el mando, luego la asamblea, sobre la salida <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> El Davis. El Plan<br />

marcaba rumbos para Ciro hacia el Valle, marcaba rumbos para Richard que <strong>de</strong>bía dirigirse<br />

hacia Villarrica. Abandonar el territorio <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>l Tolima, continuar la lucha armada,<br />

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