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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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fetiche en su vida, lo único que le faltaba era andar con un retrato suyo colgado al cuello.<br />

Respiraba hondo en su veneración.<br />

Amigo personal <strong>de</strong>l entonces coronel Rojas Pinilla, comandante <strong>de</strong> la Tercera Brigada,<br />

quien mandaba solamente sus tropas a las zonas <strong>de</strong> violencia para hacer el simple conteo <strong>de</strong><br />

los muertos. Amistad que se crea, cuando el 10 <strong>de</strong> abril, el Cóndor Lozano ayuda a la tropa<br />

enviada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cali por Rojas Pinilla, para recuperar el Palacio Municipal en manos <strong>de</strong> los<br />

insubordinados abrileños.<br />

Sentado, generoso en ofrecimientos en tar<strong>de</strong>s y noches, poco gastador <strong>de</strong> palabras,<br />

acompañado <strong>de</strong> sus amigos en una mesa en el bar Sinaí, daba las ór<strong>de</strong>nes en lenguaje<br />

cifrado, ya muy digerido en gases gástricos en su estómago. No eran ór<strong>de</strong>nes directas, más<br />

bien alegorías. Hablaba por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la lengua, salivando y observando a los hombres que<br />

lo escuchaban. Su presencia, inofensiva por la indumentaria, por sus gestos apacibles,<br />

producía físico terror entre sus subalternos. Tulúa era el epicentro, cruce <strong>de</strong> caminos; su<br />

cerebro la fragua y el área operacional; el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l río Cauca hacia la cordillera<br />

Central y el lado opuesto <strong>de</strong>l río hacia la cordillera Central.<br />

La visita <strong>de</strong> la Virgen <strong>de</strong> Fátima a su fortín fue más que un estímulo espiritual, le traía un<br />

poco <strong>de</strong> sosiego en su mundo <strong>de</strong> preocupaciones por la empresa emprendida por él con<br />

tanto ahínco. Seguramente, sus ojos lagrimearon, un hombre <strong>de</strong> piel tan sensible, al ver<br />

partir la imagen <strong>de</strong> Fátima hacia la Paila, montada en la parte trasera <strong>de</strong>l autoferro,<br />

<strong>de</strong>jándolo solitario entre la multitud que sollozaba religiosamente. <strong>Las</strong> nubes configuraron<br />

la forma <strong>de</strong> una ave <strong>de</strong>l cielo, yéndose.<br />

En Bugalagran<strong>de</strong>, “un grito herido lanzó toda la gente cuando el autoferro pasó <strong>de</strong> largo,<br />

creyendo que la Virgen pasaría sin permanecer un momento siquiera con ellos...”.<br />

Frustración colectiva. En Andalucía, “<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ofrecerle a la Virgen una suntuosa<br />

ofrenda floral <strong>de</strong> bellísimas orquí<strong>de</strong>as colocadas en hermosas canastas adornadas con la<br />

leyenda Paz, todos <strong>de</strong> rodillas, con las manos juntas y los ojos fijos en la Celeste Señora,<br />

rezaban el Santo Rosario en fervoroso coro y cantaban sin <strong>de</strong>scanso...”<br />

La estatua <strong>de</strong> Fátima regresó triunfal a Cali; luego la embalaron cuidadosamente en una<br />

caja <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, envuelta en periódicos y viajó en avión a su país <strong>de</strong> origen, Portugal. En<br />

Colombia el 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1949se <strong>de</strong>claró turbado el or<strong>de</strong>n público y el Estado <strong>de</strong><br />

Sitio en todo el territorio nacional; por <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l Gobierno se cerró el Parlamento, las<br />

asambleas y los cabildos municipales; se impuso la censura <strong>de</strong> prensa; se prohibieron las<br />

manifestaciones públicas y se autorizaron plenos po<strong>de</strong>res a los gobernadores.<br />

<strong>Las</strong> dulces aves <strong>de</strong>l cielo sólo tuvieron tiempo para volar a cortas distancias, a la luz <strong>de</strong>l<br />

día. Arrullándose, regresaron a sus nidos situados en los viejos zarzos <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong>l Buen<br />

Pastor, y gorgojearon, haciéndose limpieza en los plumajes con sus picos, hasta encontrar<br />

un día una muerte prematura. La noche había sido creada para que las aves rapaces<br />

ejercieran un dominio absoluto en sus espacios recónditos. Por los ríos que frecuentan la<br />

geografía <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>l Cauca, siguieron bajando en una inmensa y apretada hilera,<br />

cadáveres y más cadáveres; se <strong>de</strong>scompusieron sus carnes y enflaquecieron las aguas <strong>de</strong> los<br />

ríos. Quedó el recuerdo impregnado como polvo en la memoria, según la crónica que<br />

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